Sentada al lado de su padre, con miles de mariposas revoloteando por su estómago, mientras se dirigían al encuentro de Kénan, en los juzgados de la ciudad. Pudo observar, como las calles de su ciudad, casi estaban solitarias.
Aquello, hacía que aún su corazón retumbara más fuerte en su pecho, al saber, que todos o casi todos, estaban también allí.
Pero ya no tenía miedo, se sentía henchida de felicidad y no tenía que temer por su corazón roto. Kénan quería estar con ella, la amaba.
Todo iba a ir bien. Él, estaba con ella y ella, con él.
-Ahora –le sorprendió su padre, agarrándole la mano con fuerza-, ya si estaré tranquilo –Le sonrió con gran cariño.
- ¿Tan confiado estás de ésa tranquilidad? –Preguntó no pudiendo evitar sonreírle feliz.
- ¿Qué quieres decir? –Frunció el ceño extrañado.
-Recuerdas mi película favorita, ésa que tantas veces has soportado sentándote a mi lado, cuando me hallabas en el salón en altas horas de la madrugada, cuando yo lloraba en silencio, por no vivir aún un amor así –Señaló soltando un profundo suspiro.
-Te refieres a Orgullo y Prejuicio –Alzó sus cejas.
-Acuérdate como es la escena final, que siempre te arranca una divertida sonrisa -Dijo divertida.
-Oh, vaya –Rio divertido-. Me queda Harmonie, para poder estar tranquilo.
-Cierto, sé que ella te necesita también –Se le llenaron los ojos de lágrimas-. Suerte, que tiene un padre como tú.
-Te quiero –Confesó cuando la limusina se detenía de forma suave, delante de la enorme plaza donde estaban los juzgados.
-Y yo a ti –Lo abrazó con fuerza, justo cuando alguien les abría la puerta con cierto ímpetu.
Kénan, no pudo evitar de sonreír, cuando sus dos cuñadas, dándoles igual que los periódicos, revistas y televisión, pudieran hacerse eco de lo que iba a ocurrir verdaderamente allí dentro, se lanzaron con todas sus ganas en hacerle imposible de llegar al vehículo.
Pero todo, se quedó en caras enfurruñadas al no conseguirlo.
-Siempre la tendrás contigo –Habló Kénan, al toparse con el rey y su futura esposa, fundidos en fuerte y emotivo abrazo-. No te la voy a quitar, solo espero que aceptes tener otro hijo más con ésta unión. Prometo ayudar en controlar a las pequeñas –Sonrió burlón.
- ¡Eh! –Protestó Enora, algo confundida como también su melliza.
Jacqueline y su padre, detuvieron su abrazo al escuchar allí al hombre, cuando se suponía que debía esperar dentro. Lo miraron, se miraron y rompieron en carcajadas por la última parte de su conversación.
-Pensé que tenías más paciencia –Soltó burlón el monarca, saliendo del vehículo.
-Creo que ya he mostrado que así es –Le guiñó un ojo a su amada esposa, quien lo observaba encandilada aún sentada en la limusina.
- ¡Llevas el vestido! –Soltó Enora sorprendida, mirando alternativamente a todos.
- ¿Qué ocurre aquí? –Apareció algo alterada Emanuelle-. Kénan, deberías volver dentro... ¡OH! –Exclamó al ver a su hija radiante con su principal vestimenta para la cita de allí-. Sé que está pasando algo y no me estoy enterando –Soltó enfurruñada.
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Embaucando A Mí Príncesa (Segunda Parte Deberes De Príncesa)
RomancePortada realizada por @sarelighlp El mundo de su hermana Jacqueline, parece haber dejado de girar en sentido catastrófico, para encaminarse en el camino de la felicidad. Algo que ella, Harmonie, no cree que la vaya a encontrar jamás. Su corazón...