Capítulo 6.

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Ese momento que Valeria lo tuvo cerca, dio un comienzo oficial a un amor del que Valeria tenía dudas, más tales se esfumaron al tenerlo tan cerca. Valeria tenía un pasado, un pasado que ella necesitaba borrar, pero era un sentimiento muy complejo y a la vez difícil de sacarlo de encima. Ella estaba enamorada de su mejor amigo. Todo empezó desde que se conocieron y se volvieron a amigos hace 3 años, Valeria nunca se lo dijo, aunque en un momento, esos sentimientos fueron correspondidos, él se enamoró de ella, al fin, estaban más unidos, la manera en la que él le miraba, ese día en la pizzería, más jamás pasó nada debido a la aparición de una nueva chica, allí se arruinó todo. Todo. Desde ese momento, Valeria se derrumbó, sentía un dolor masacrante, más no lo demostraba. Así que 3 años desperdiciados debido a esa obsesión con ese chico que era todo para ella, su confianza y su fé en el amor disminuyeron considerablemente, ella no quería salir lastimada. Su solución estaba allí, todo lo que buscaba para al fin olvidar ese amor complicado, el nuevo chico era perfecto, era hasta que se enteró que es gay, aún así, lo ama con todo el corazón.

-Me arroje a mi cama, estaba repleta de tareas, puse una almohada con forma de corazón por mi cara, la apreté con toda mi fuerza y dí un grito de felicidad, pero a la vez de stress y enojo... Decepción. Muchos sentimientos enumerados según la importancia de tales. Me levanté y fuí hacia la ventana. Lo bueno de vivir en un apartamento es la vista, si vives en unos de los pisos más altos puedes visualizar todo, en mi caso, puedo ver edificios, arboles en abundancia y de todos los colores, sobre todo rosados y amarillos, llamados lapachos, típico en mi país, al igual que los cerros a lo lejos, coloreados de un verde musgo con las sombras de las nubes. Pero mi hora favorita para admirar el paisaje es la noche. Las luces, la luz de la luna y las estrellas, me encantan, al igual que su sonrisa. Visualizé mi cuarto que no está tan ordenado que digamos, todas mis cosas tiradas de aquí a allá, bufé y me dispuse a ordenar todo. Al ordenar mi cuarto, encontré una cartera que usaba antes y adentro había cartas viejas repletas de recuerdos inolvidables, me senté en un sofá púrpura a leerlos, cartas de mis amigas, secretos, charlas en papeles, apuntes y una carta, una que estaba en un sobre cerrado con una pegatina intacta, no recuerdo haberla visto jamás, la rompí y saqué la carta y la abrí.

-Valeria:
Desde que te conocí, supe que nos volveríamos amigos, te veía y en tí, estaba esa timidez, eras callada, digo eras porque cuando agarras confianza como ahora, no paras de hablar pero está bien, siento que mi ayuda resultó, te has vuelto un poco más expresiva, aunque aparentas ser un iceberg sé que muy dentro eres la persona más cariñosa y sensible que conozco. No quiero que esta carta sea muy extensa y que te duermas a la mitad, como ahora, en clases de Literatura, no te enojes porque ahora estás pensando que te oculto algo, pero cuando leas esta carta, quiero que sepas que... Me gustas.
By:Cucaracho.

Sin darme cuenta mis lagrimas corren por mis mejillas y nublan mi vista, y una risa por el apodo que le he puesto y que el se autodenominó así desde esa vez. Los momentos con él fueron unos de los tantos momentos en los que me sentí mas feliz y se me hace difícil superar y borrar esos recuerdos de mi mente. Fui a la cocina y agarré un encendedor, si lo estoy tratando de superar, debo quemar estos recuerdos juntos. Fué un mal momento para encontrar esta carta después de meses, el jamás me dijo nada y ahora encuentro esto, cuando el ya no está aquí, cuando ya se ha ido por otro rumbo, cuando ya me enamoré o creí haberlo echo de otra persona. El fuego consumió de a poco la carta hasta que queden cenizas, los puse en la ventana y se las llevó el viento. Es fácil deshacerse de las cosas materiales, pero de los sentimientos no. Me seque las lágrimas y me miré en el espejo, me lave el rostro y volví a mi cama traté de olvidar todo con todas las tareas, apuntes y exposiciones.

-Valeria.

-No está.

-Valeria, que dormilona eres, ya levántate, tienes clases!

-Me vale.

-Ah, tambien te vale un café con facturas rellenas?

-Ahorita voy!

Mi madre siempre sabe como manejarme. Me duché y desayuné, Alice suele pasar a buscarme ya que pasa por el apartamento al ir a clases, así que me despedí de mi madre y de mi padre y fuí con ella.

-Hey, tienes los ojos un poquito hinchados.

-Ja, pensé que no lo notarías.

-Lloraste?

-Un poco.

-Que pasó. No me digas que de nuevo...

-Sí. Encontré una carta dentro de mi cartera del año pasado.

-Y? Que decía?

-Muchas cosas, pero habían dos palabras que me dejaron boquiabierta.

-Que palabras?

-Decía que le gustaba.

-QUE! Justo ahora tenías que encontrar esa carta!? Ya es muy tarde.

-Sí, lo se, demasiado tarde. Ni siquiera puedo intentarlo si él ahora está con otra chica, no?

-Sí y tú tienes una conversación pendiente con Cristopher eeeh.

-Jajaja buen punto, pero, solo si está solo lo saludaré, ok? Lo prometo.

-Pobre de tí si no lo haces! Te conozco muy bien!

Entramos y allí estaba el, pero no solo, unas 5 o 6 personas rodeándole, mala suerte o buena? Me salvé, arrojé mi cartera a mi asiento, Alice hizo lo mismo. Era aún temprano así que salimos a dar una vuelta por el colegio mientras, había una brisa fresca que me relajaba bastante, esa brisa me hace recordar buenos momentos, con todos mis amigos, y de repente se me viene a la memoria un blooper muy gracioso de Alice y me agarra un ataque de risa repentino y entre risas digo.

-Recuerdas cuando te hundiste en el lodo?

-Ayy, si fue tan asqueroso. YA DEJA DE REIRTE!

-El suelo casi te trago con tus 1,50 JAJAJAJA.

-YAAA, AY TE ODIO nunca olvidas estas cosas no?

-Mmm no.

-Ya, enseguida entrará la maestra es mejor que nos vayamos.

Enamorada de un gay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora