Capítulo 7.

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Han pasado 2 meses, cruzaron miradas de vez en cuando, e incluso sonrisas pero Valeria, esa chica tan tímida, no le habla. Hoy, 5 de julio, es el cumpleaños de ese chico que tanto ama, tenía unas ganas tremendas de felicitarlo, rodear su cuello con sus brazos, mirarle a los ojos y luego darle un beso, pero sabe que no va a hacerlo o al menos eso cree

-Hey, sabes quién está de cumpleaños hoy?

-Claro que sí Natt!

-Ve a felicitarlo!

-Ja, como crees? De la nada viene una chica desconocida a decirle Hey! Felices 17 años!

-Claro.

-Estas demente ja.

Pensaba y pensaba, no podía desperdiciar mi oportunidad, dándole la razón a Ara planeabamos algo pero necesitaba que él este completamente solo, más eso no pasaba. Cristopher es muy sociable, él habla literalmente con casi todos, tengo amigos que hablan con él, pero no los utilizo para acercarme a él, quisiera tener como una aspiradora que me quite los pensamientos negativos para siempre y que no vuelvan jamás pero, no existe. Me agarraba la cabeza y pensaba, que puedo hacer? Como puedo acercarme? Como? En eso aparece Natt.

-Hey, voy a felicitar a Cristopher, me puedes avisar cuando lo veas?

-El está allí

-SE ME OCURRIÓ ALGO!

-Que?

-Ven, vamos a felicitarlo.

-E-espera, q-que? N-no p...

-V A M O S basta ya de excusas Val!

Fuimos hacia Cristopher, ella lo saludo y le felicitó con un abrazo corto y yo tratando de disimular mis nervios que consumían todo en mí, me acerqué, le dediqué un ¡Felicidades! Y lo abrace. Lo abrace, cerré los ojos y sentí ese momento, sentí como él me rodeó también con sus brazos y no pude evitar sonreir y me correspondió con un alegre "¡Gracias!". Ese momento para mí fué eterno, me sentí como, no sé, fué inexplicable mis manos deslizaron la tela de la parte de trás de su chaqueta, no había distancia entro los dos, toda esa distancia que soporté durante estos meses ya no existía, nos dedicamos una sonrisa y giré y me encontré con la mirada atenta y las expresiones boquiabiertas de mis amigas e hice una mueca intentando que ellas disimulen sus expresiones, entonces me senté en un banco tratando de dimensionar todo lo que hice, esa locura, miré mis manos y estaban temblando y al mismo tiempo más frías que el hielo, no podía dejar de sonreir y mirarlo tanto que no me dí cuenta que la maestra de Matemáticas ya había entrado pero estaba a tiempo, aún así que entré a clases pero esos números no me importaban, no podía prestar atención a ellos, ese abrazo confirmó mis sentimientos. No hay nadie a quién pueda amar como a él. Nadie cambiará estos sentimientos, es solo él. Tan solo él.

El siguiente capítulo es un especial, el próximo fragmento que leerán lo escribí el mismo día que pasó todo esto, no olviden dejar sus votos mis corazones♡

Enamorada de un gay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora