Maia susurré ante la noche sin estrellas que se presentaba hoy, las lágrimas ya ni siquieran pedían permiso para aparecer porque a pesar de que llevaba meses siendo consciente de que el tiempo seguía su camino a pesar de mis penas, el dolor aún seguía presente y sabía que iba a ser así aunque los años pintasen nieve blanca sobre mi piel, ella seguiría siendo mi pequeña donde sea que esté.
Mi mirada quedó encapsulada entre el recuerdo de una vida que ya no iba a ser más y como las horas corrían su maratón entre el frío de aquella noche y la soledad con la cuál me encontraba entre la almohada tomando el camino cobarde de llorar en silencio por la pérdida más grande que había tenido en mi vida.
Ya que no solo había perdido a mi pequeña valiente sino que también en el camino había perdido a esa chica con quién había derrotado todos los monstruos que podían existir en el armario de la vida.
Mi angustia se mostró ante el sonido de la puerta principal siendo golpeada y el desastre que siempre se presentaba en el salón en noches como hoy donde el dolor era más grande de lo que nosotras mismas éramos capaces de comprender.
Entre tus nubes y mis contraluces la incomprensión fue lo único que decoró el cielo aquella noche y verla con el corazón desgastado en un remolino de cabello negro, ojos sin color ni brillo y pensamientos que solo tenían una sola dueña.
Nuestros remordimientos de a poco comenzaron a cubrir el cielo con las cruces que terminaron por tapar el sol que iluminaba nuestras vidas hasta que ella decidió abrir sus alas y buscar un nuevo nido como la pequeña paloma blanca que fue.
Las excusas y razones por la cuál Lauren deseaba dejar su corazón entre medio de notas de melancolía y el alcohol eran las mismas todos los días, las cuáles yo aceptaba porque también eran las mías, sin embargo, eso no significaba que de a poco mi alma se viera dañada por como sus palabras buscaban odio entre su corazón y las mostraba hacia mi como si fuera merecedora de todo ésto, como si fuera mi culpa haber perdido la confianza del sol y nuestra pequeña estrella polar.
Suspiré quitando las lágrimas que ocupaban mis mejillas mientras intentaba ayudarla a pararse después de que todo el alcohol la ensombreciera entre aquel personaje sin autor y esa chica sin vida que se había convertido después de la partida más dura de nuestras vidas.
—Mi amor —le susurré tratando de no escuchar todo el veneno que provenía de sus labios como cada noche existía desde hace ya tiempo—Lauren —musité carcomida entre las lágrimas mientras sus insultos se mostraban de uno en uno, de verso en verso, ocupando mi lastimado corazón y filtrando a través de ellos el dolor de mis minutos inciertos.
Finalmente ambas cedimos ante la presión y entre lágrimas decorando nuestras viejas camisas sin color, supimos que nos desvanecíamos en un callejón sin salida.
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Las mil palabras que nunca adquirieron voz.
RandomY por eso me voy y por eso te digo Ni el mismo diablo me hubiera hecho el daño que me has hecho tú Y por eso me voy, por eso te maldigo Pero antes quisiera decirte a la cara una vez sin temor Que tú no vales más que yo. "A todas esas chicas que entr...