Primer día, segunda parte.

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-Oh, vaya, vaya, vaya, miren a quien tenemos aquí.
Dice el grandulón con una risa tan perfecta en su cara que me dan ganas de ir y, ¿comérmelo a besos?, no, de estrangularlo.
Lo miro con la peor mirada que tengo, la cual no dio mucho resultado porque lo que le causé fue que aumentara más su maldita risa perfecta.
Bendito estupido, lo odio como no se imagina.

-quiero un capuchino por favor, me dice y va a tomar una mesa.
¿En serio?, por qué a mí, precisamente me tocó trabajar en la cafeteria del estúpido grandulón que me trae loca, perfecto Aurora, perfecto.

-aquí está, le digo con la mejor sonrisa falsa que tengo y me retiro rápidamente.
-espera, oigo detrás de mí, ¿quieres sentarte con migo a tomar un café?.

rápidamente me pongo nerviosa, quisiera decirle que no pero algo dentro de mi se está muriendo por estar cerca de el, y respirar su hermoso perfume, pero bueno, el es el dueño ¿no?, tengo que obedecerlo, si Aurora, inventa más excusas para estar con el.

Me volteo y voy lentamente a sentarme con el.
-así me gusta niña, muy obediente, muy obediente, dice, suelto un suspiro y ruedo los ojos.

Erick.

Me encanta molestar esta niña, creo que ese será mi pasa tiempo, y aparte de que vive a mi lado está trabajando en mi cafetería, nada podría ir mejor.

La tengo frente a mí y la verdad no sé que decir y recuerdo que aún no sé su nombre, tomo eso cómo un pretexto para empezar la conversación.

Veo como está perdida en sus pensamientos, es hermosa, no puedo dejar de mirarla, su cercanía me estremece por completo, como una niña tan simple puede causarme todas esas cosas.

-niña, la llamo para poder captar su atención, ella me mira un poco nerviosa, aún no te has presentado, ¿por qué no me dices cómo te llamas?.
Ella habla, -Aurora, me llamo Aurora.
-que bonito nombre, le digo para ser un poco Cortés ya que me eh portado un poco insoportable hace unos minutos.
Ella me mira y me da una sonrisa sincera, es Tan hermosa.

En esos momentos llega la otra chica con la que estaba al principio.
-emmm, Aurora ya son las 6 y es hora de cerrar el negocio, le dice, la niña se para y luego se despide, -adiós, hablamos otro día. me dice sin muchos preámbulos y se marcha,
-adiós, niña.
yo me quedo mirándola hasta que se marcha.
Ya me tienes querida niña, ya me tienes.

Mi soledad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora