Una cruda verdad.

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Ya es domingo, me levanto temprano de mi cama y tomo una ducha, el agua caliente cae sobre mí y pienso en Erick, qué habrá sido de ti grandulón, ya han pasado varios días y no eh sabido absolutamente nada de ti, extraño ver esos ojos tan penetrantes que me vuelven Loca ¿cómo puede hacerme tanta falta alguien qué tengo muy poco conociéndolo y hablando con el?.

Después de vestirme voy a la cocina a preparar algo de comer y a esperar la gran llegada de mis "padres". Estoy ansiosa por saber lo que querrán decirme.

Oigo el timbre sonar y voy rápidamente a ver de quién se trata, ya en frente abro la puerta y veo dos figuras en frente a mí, me imagino que son mis padres, bueno si, son mis padres.
tenía muchísimo tiempo sin verlos pero no los olvidaría por nada en el mundo y no por el simple hecho de quererlos, si no por lo que me hicieron y tampoco estoy feliz de que estén aquí, sólo quiero que me digan lo que me tienen que decir y se larguen.

-Hola, podemos pasar. Dice Valeri mi madre, si es que se puede llamar así.
-claro, pueden sentarse en el mueble que está en la esquina.
Serré la puerta y me dirigí hacia dónde estaban ellos, no les brindaría nada, no se lo merecen.

-queríamos venir a explicarte todo, el porqué te dejamos y porqué al principio te tratamos mal, dijo Valeri para empezar la conversación.
-¿Al principio o siempre?, digo un con un tono sarcástico, además no quiero oír su estupida historia del por qué quisieron abandonarme como si fuera un animal, no me interesa, el daño ya está hecho.
Y a lo que vinieron por favor que necesito hacer algunas cosas aquí.
- pues para poder contarte lo que te dijimos tenemos que decirte todo para que puedas entender las cosas dijo Robert, mi padre, con el no me llevaba Tan mal así que ruedo los ojos y me resigno.
-está bien, pero que sea breve por favor.

-Al principio, empieza a hablar mi madre, teníamos una hermosa Relación Robert y yo, decidimos mudarnos para tener una familia hasta que por fin supe que estaba embarazada, éramos tan feliz que después de que nuestro querido hijo Marcos naciera llegó nuestra otra hija, todo era perfecto, nuestros hijos Iban creciendo sanos y con amor, hasta que un día en la noche oímos la puerta sonar, un poco extrañada salgo a averiguar de quien se trata.
Cuando salimos nos dimos cuenta que se encontraba un bebé afuera en el suelo y me sorprendí un poco, a quien se le ocurre dejar a un niño así a fuera en la calle y sólo y toda sucia y mugrienta.
aquella niña eras tú Aurora.
Me quedo perpleja tratando de asimilar la situación.
-cómo es posible, digo en un hilo de voz.
-si Aurora, nosotros no somos tus verdaderos padres.
En ese momento todo mi mundo cae al suelo, no puedo creer lo que estas personas me estén diciendo.
-¿porqué me ocultaron algo así?, todos estos años viví odiándolos porque no podía creer que mi madre y mi padre me abandonaran cómo si nada, ¿pero porqué?, ¿porqué me acogieron y luego me dieron a alguien más?.
-porque nunca pudiste adaptarte a nosotros y a nuestra vida, porque desde que fuiste creciendo todo era diferente a cómo nosotros éramos, tus hermanos siempre se quejaban de ti y yo siempre veía que tenían la razón, tú no encajabas con nosotros, tú tenías que irte.
-claro, por eso me regalaron a cualquiera que se le cruzó en frente.
-no teníamos opción, dijo valeri cómo si nada.
-ustedes no tienen opción ni de sus propias vidas, ¿y tú, no vas a decir nada?, le digo a Robert mirándolo a los ojos, ya que tiene todo este tiempo sólo viendo la discusión.
El sólo levanta la mirada y me dice, -perdón Aurora.
-¿perdón?, lo siento Robert pero creo que ya es demasiado tarde para pedir perdón.
Ya se pueden ir, les digo.
-lo siento Aurora pero tenía que decirte la verdad.
-que se me larguen les dije.
Rápidamente se pararon y se fueron.

Los veo irse cómo los cobardes que son y mis lágrimas no aguantan y empiezan a salir más rápido de lo que imaginé, todo está peor ahora, mis verdaderos padres también me habían abandonado, creo que estoy destinada a que todas las personas a mi alrededor me rechacen, ¿que tan mal hice para que me pasara todo esto?.
La verdad es que ya no aguanto más, quisiera morir en estos momentos, todo de mi está muriendo lentamente.

Ya no puedo con esto sola, la verdad que ya no puedo, y es entonces cuando me acuerdo de Erick, mi grandullón, es a el a quien necesito, lo necesito en estos momentos, lo necesito más que nunca.
Busco mi teléfono y marco  su numero y lo llamo, luego de unos timbres coge el teléfono.
-hola, ¿quien me habla?
-Erick, es Aurora, digo entre sollozos.
-Aurora, ¿qué pasa mi niña?, ¿qué tienes? lo oigo un poco Pacífico y preocupado
-te necesito Erick, por favor ven.
Está bien, voy para allá, es lo último que me dice y cuelga.

Mi soledad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora