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Desesperada.

Sin nada más que estar sentada en una línea de azar. Desierta, pero nunca olvidada.

Resignada a luchar. Y a perderme, para volver y hallarme, al menos una vez.

Corriendo en círculos,
volando sobre obstáculos,
cayendo en errores,
en pistas y en mis propias trampas.

Buscando señales, solo una pista en acción: cómo sentirme diferente,
cómo encontrar mi dirección, cómo dejar lo inherente.

Solo como ciencia ficción
desdoblándose más allá de mi mente.

Perdida,
Intentando derrumbarme los montículos... Tratando de no caer desde tú pináculo.

Nadie podrá silenciar las alarmas, como un vorágine disparando a mi diafonía en la distancia.

Porque toda la verdad eucarística me distancia.

Porque sé que soy disonancia y que por más distancia sigo sin estar en armonía.

De todas formas iré donde sea que la primavera me lleve, más allá de poder

Respirando Letras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora