Una dulce paleta de limón.

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Al estar en su hogar, sin dudar ni un poco el chico de cabellos verdes corrió a su habitación luego de cerrar la puerta principal, abrió la ventana y se dejó caer en su cama.

Cubrió con el dorso de su mano sus ojos y suspiró, no se explicaba el porque se sentía tan necesitado de su pareja, cuando hace un par de meses no podian si quiera besarse sin que el otro se sonrojara completamente, ahora los tiernos besos se habían vuelto fogosas batallas entre sus bocas por dominar al otro, las suaves caricias se transformaron en agresivas y dolorosas mordidas y arañazos.

Era como si el otro quisiera marcarlo y dejar claro que le pertenecía, ambos estaban reclamando su propiedad.

-Hola. -la voz de su pareja le causó escalofríos, una sensación que le recorrió toda la espalda.- Se ve que me extrañaste mi amor.

El chico de orbes bicolor cerró la ventana con cuidado poniendo el seguro, una sensación de inseguridad inundó la mente de Izuku que se sentó en la cama haciéndose hacía atras, pegando su espalda contra el respaldo.

-Me gusta esa mirada... -una sonrisa apareció en los labios del chico de cabellos bicolor que se acercaba a pasos lentos.

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Sus labios apenas hacían una sutil presión, lo cual le parecía extraño a comparación de las fogosas caricias que el contrario brindaba a su cuerpo.

Sintió una fuerza oprimirle el pecho para luego ver como su camiseta era destrozada de par en par por las manos del de cabellos bicolor, antes de que procediera a hacer lo mismo con su pantalón, decidió quitárselo por propia voluntad.

Al estar desnudo frente a el su mente se nubló, llenándose de mil y una de las obscenas posibilidades que podrían ocurrir en un intervalo determinado de tiempo, por lo que una sonrisa surcó sus labios.

Empujó a Todoroki sobre la cama y subió sobre el, gozando el roce del palpitante miembro de su pareja que estaba cubierto por la ropa, estaba perdiendo su mente al hundirse en aquellas sensaciones.

-Izuku... Dejame...-antes de continuar, sus palabras fueron acalladas por un agresivo beso, sintió unas suaves caricias en su pecho, fue ahí cuando supo que le había despojado de su camisa.

Un gemido escapó de entre sus labios al sentir la presión en su entrepierna, le estaba torturando, estaba más que claro, pero no era el único que podía jugar sucio.

Lo tomó de las manos y alzó la cadera, arrancandole un grito de sorpresa y placer, un deleite para sus oídos.

Soltó sus manos causando que el chico de cabellos verdes se dejara caer de espalda a la cama, respierando agitado, aún no habían empezado y ya había perdido el aliento.

-Oh mi amor... -escucho como le hablada de manera juguetona mientras pasaba su dedo índice por la extensión de su miembro, el cual ya estába más que despierto. - Apenas estamos comenzando.

Con su mano, el chico de cabellos bicolor empezó a acariciar en su extensión el miembro de su amado pecoso, se había dado a la tarea de contar sus pecas la ultima vez que lo habían hecho, cuando Izuku quedo inconsciente contó en total 50 pecas repartidas por el pecho, hombros y parte de su espalda.

Los gemidos del peliverde llegaron hasta los oídos de Todoroki que sonrió mas que encantado, apretando su agarre y moviendo su mano con mas rapidez y agilidad.

Pero justo cuando supo que su pareja estaba por alcanzar el extasis, detuvo los movimientos de su mano y se alejo un poco para desnudarse completamentey acercarse a el de nuevo.

Sin previo aviso introdujo tres de sus dedos en la boca de Izuku, quien captando la orden empezó a lamerlos con agilidad, como si de una paleta se trátase, empapandolos con su saliva a sabiendas de que en unos minutos, esos dedos estarían recorriendo sus paredes internas.

Solamente...mio. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora