Historias cortas Dragon Ball

Dudas... (4)

Vegeta suspiró pesadamente, sintiéndose miserable, pero sin querer admitirlo, sus pensamientos fueron para Bulma en ese momento.

¡No era justo!... lo que Bulma estaba haciendo, ¡no era justo!

Y sin embargo, aún no la había confrontado...

«¿por qué?» se preguntó, pero no supo responderse.

Los últimos días habían sido difíciles...

Domingo..

Ese día Bulma despertó al sentir el espacio vacío en su cama...

-¿Vegeta?

Levantándose aún adormilada, decidió inspeccionar el baño...

¡Nada!...

Despabilándose por completo, decidió ponerse una bata encima de su delgado camisón y dirigirse al nuevo cuarto de gravedad que había construido para Vegeta.

¡Vacio!

«¡¿Pero dónde demonios podrá estar?!» se preguntó consternada Bulma.

De vuelta a su cuarto se encontró con su madre, que había decidido ir a ver a sus animales esa mañana...

-¡Buenos días querida! - saludó Bunny con una gran sonrisa.

-¡Mamá... ¿has visto a Vegeta?! - preguntó Bulma sin contestar al saludo de su madre.

-¡Oh... sí!... Esta mañana lo ví muy temprano... le pregunté si quería que le hiciera algo de desayunar, pero creo que no me escuchó, porque no me contestó... -le dijo  Bunny con una sonrisa.

- Gracias...- murmuró Bulma mientras se daba la vuelta y se dirigía a su habitación.

Al llegar se dió cuenta que el lado de la cama dónde dormía Vegeta estaba demasiado liso...

«¿Por qué no dormiste aquí?» se preguntó.

******

Era temprano, y era domingo, normalmente se permitiría quedarse en cama hasta las nueve, pero no esta vez, ¡no junto a ella...

En vez de eso, el viento le daba en la cara casi golpeándolo debido a la gran velocidad que llevaba al volar... ¿estaba huyendo?

¡No!... ¡claro que no!

Sólo... no quería estar cerca...

Es por eso que decidió pasar toda la noche en el cuarto de gravedad, tratando de desquitar su frustración entrenando hasta caer extenuado, y cuando se dió cuenta que se acercaba el amanecer, decidió alejarse de ahí, porque...

¿Acaso su cinismo llegaría a tanto?... ¿se atrevería a preguntarle porqué no pasó la noche con ella?

Era mejor no averiguarlo, era mejor la distancia, ¡era mejor... evitar lastimarla!

Y maldijo, por sentirse tan tonto, por sentir que le dolía, por sentir que... ¡maldita sea... ¡la amaba!

Estaba cansado, no había dormido, no había comido desde la salida del día anterior...

Pero aún así, no volvería, al menos, no por ese día...

Quizá mañana, cuando ella se hubiese marchado al trabajo y no tuviese que soportar su cínica actitud...

Divisó un bosque cercano, y se dirigió hacia allá, levitó despacio por sobre la copa de los árboles, y cuando encontró una rama que lucía confortable, decidió acomodarse en ella recargándose en el tronco, una manzana colgaba a su lado, la tomó y le dió un par de mordidas... sólo para notar que no tenía apetito, con desgano la aventó lejos de ahí...

Cruzó los brazos y suspiró levemente mientras buscaba una posición cómoda, al poco tiempo se quedó dormido...

*******

Bulma se encontraba trabajando en su computadora, interrumpió su trabajo y desvío la vista a la ventana, el sol se estaba poniendo, una ojeada al reloj de pared le informó que eran las 6:30 de la tarde...

«¿Dónde estás...» se preguntó.

El teléfono interrumpió sus pensamientos...

-¿Sí.... ¡Ahh!... ¡hola Gokú!...

- Bulma...mm...ehh... mira yo no estoy seguro de esto...- titubeó Gokú del otro lado de la línea.

-¡¿Qué?!.... ¡Gokú!... ¡ya no puedes echarte atrás!... ¡lo prometiste!... ¿recuerdas?

Del otro lado de la línea se escuchó un profundo suspiro...

-Si.... lo recuerdo...

-¡Entonces mañana a las cinco, nos vemos en mi oficina!

- Ahí estaré...  -murmuró Gokú y colgó el teléfono.

Bulma miró el reloj nuevamente, 6:39 exhaló un suspiro resignado...

«¡No importa... de todos modos lo haré!» se dijo a sí misma y continuó tecleando en su computadora.

Esa noche también durmió sola...

Continuará....