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Último día, un día mas, siempre igual.

-Cait, baja a desayunar hija. - Escucho como habla mama y me siento en la cama bufando levantando mis pelos desordenados a causa del viento hecho por mis labios. Bajo las escaleras con obvia flojera. Entrando en la cocina veo a Isabella, mi madre, de espaldas cocinando lo que se por mi olfato huevos fritos. - Buenos días princesa, ¿Por que no te sientas? seguro que tus hermanos están por bajar. - Se asoma por el umbral de la puerta para ver si mis queridos hermanos bajan. - ¡Noah Nathan! Bajen ya. - La miro con una sonrisa, no podría amar mas a esta mujer.

-Mama, siguen dormidos, no van a bajar. - Me siento en la mesa y cruzo mis brazos.

-Estos niños, juro por su padre que voy a matarlos algún día. - Niega y sonríe mirando al suelo. - Iré por ellos, come algo antes de ir a estudiar Cait. - Mama sube las escaleras en dirección a la habitación de mis medios hermanos. Termino de comer rápido y subo de dos en dos las escaleras llegando justo a tiempo para ver como Noah y Nathan salen a patadas de su habitación. No puedo evitar reírme a lo que me gano dos miradas llenas de fastidio.  

-Último día chicos ya terminamos el instituto. - Digo caminando hacia atrás y mirándolos.

-Y se acerca nuestro cumpleaños ¿Cierto mami?. - Miran a mi madre haciendo puchero.

-Cumple 19 años, son bastante grandes como para comprase su propio regalo. - Isabella baja sin siquiera mirarlos. - Bajen ya. - Y como no, sin chistar ellos bajan.

Corro hacia mi habitación y me cambio lo mas rápido que puedo, unos jeans negros y una chaqueta de cuero blanco junto con unas zapatillas blancas también, me maquillo normal y lavo mis dientes. Bajo, tomo las llaves saludo a mi madre y salgo junto con mis hermanos hacia mi último día.

(...)

Los tres bajamos del bmw al mismo tiempo. Siempre fui de un estatus muy bajo al contrario que mis hermanos, ellos, "Los Sanders", son muy populares, por no decir una barbaridad. Somos de padres diferentes, mi padre desapareció y no pienso buscarlo. El de ellos murió en un accidente, demasiado fatal como para contar. 

Como de costumbre me aferro a mis libros y camino por los pasillos del instituto buscando mi taquilla, cuando la encuentro ahí esta Raven, como siempre con su celular y su inconfundible chaqueta de jean. 

-Hey, último día. -Abro la taquilla sacando todo y guardándolo en mi bolso.

-Hoy, fiesta de fin de curso, en casa de Fellings. Vamos a ir. - Era de esperar que algo así saliera de la boca mi mejor amiga.

-Te aviso, tengo que ver cosas de la univer...- Soy interrumpida por ella.

-¡No! No fue una pregunta vamos a ir Caitlyn Smith, es así. - Me mira desafiante, "Ring Ring Ring.." Salvada por la campana.

-Tengo que ir a clase, último día. - Prácticamente corro hacia mi clase de historia.

Siempre dibujo en estas clases, y esta no fue la excepción. Me siento en mi lugar y comienzo a dibujar. Empiezo con trazos al azar pero finos y delicados, hasta que termino y veo como unos ojos preciosos me miran desde la hoja. Pienso en donde pude a ver visto estos ojos.

-Señorita Smith, ¿Podría decirme cual fue el motivo del encarcelamiento de Fenando VII?- Un señor enano, canoso y con lentes me miraba fastidiado de brazos cruzados.

-No lo se. - Baje la mirada, sintiéndome intimidada.

-Pues esto le juega en contra con el cierra de esta materia. Tendría que tener cuidado ya que le juega en contra con su futura carrera señorita. - Termina su "lección de vida" y sigue dando clase. Historia siempre será una materia jodidamente aburrida.

El día pasa, aburrido y lento. Todos esperaban el último timbre, en el que empezaba las vacaciones y para muchos su carrera.

-Ciat, necesito que me hagas un favor, lleva esto a la dirección...- Raven aparece de la nada y me tira unos papeles en la cara. - Alguien me espera en el cuarto de la luz. ¡TE AMO! - Y sin mas, salió corriendo. Niego riendo sabiendo que el cuarto de la luz es el cuarto del conserje, un último polvo en el instituto.

Camino hacia la dirección mirando los pasillos sabiendo que seria mi último día como estudiante. Al llegar toco la puerta y hasta que no escucho un "pase" no la abro. Lily me recibe con su espléndida sonrisa.

-Cait, ¿Que te trae por aqui?- Pregunta amable.

-Raven me ah dado esto.- Levanto los papeles.- Dijo que los traiga aqui.- Me encogo de hombros.

-Oh! Si! Me había dicho, son los papeles de inscripción para el hermano mas pequeño, empieza el año que viene. Dámelos peq...- Se escucha como la puerta de la oficina del director se abre, de ella sale un chico que es desconocido para mi. Nunca lo había visto por el colegio. Diferentes dibujos cubren sus brazos, le dan un toque misterioso y exitante a la vez. Un aro decora su oreja izquierda. Se para y mira fijamente a Lily antes de prenderse un cigarrillo y salir del despacho sin percatarse de mi presencia.- Es el hijo del director.- Habla la anciana.- Muy pocas veces lo vi por aqui.

-Creo que ya debo irme, últimas clases.- Sonrío incomoda y salgo del lugar.

Al salir veo a Raven un poco despeinada y abrochando su camisa blanca, me sonríe pícara y me guiña un ojo. No puedo evitar reírme e ir hasta ella y abrazarla.

-Oye oye! ¿Por que tanto amor? Ya me han dado bastante, Mc'Grive sabe dar mucho amor, y del bueno.- Mira a la nada y sonríe.

-Oh! Por dios! Cierra esa boca asquerosa que tienes, no quiero saber de tus encuentros sexuales.- Digo asqueada y empujo su hombro con el mío.

-Esta bien esta bien, yo todavía no puedo creer que no hayas ido al cuarto de la luz. Es magnífico la pasas demasiado bien. Cinco años en este puto instituto y todavía no lo has probado. Tengo que matarte.- Caminamos hacia nuestra última clase mientras ella me sigue regañando.

-La verdad es, hermana, que yo no soy ninfómana.- Siento un tirón en el cabello y me rio, sabiendo que Raven odia esa palabra.

Antes de entrar a Literatura veo al hijo del director apoyado en los casilleros fumando un cigarrillo sin dejar de mirarme. Tan fijamente, sin emitir ningún gesto.

Loba Blanca ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora