TRAIN 101

segundo vagón (yongshi)

Shihyun disfrutaba en silencio de la música que el chico de todos los martes tocaba. Esa vez, al igual que cada vez seguramente, estaba cantando una canción en inglés. Nunca le ha preguntado los nombres de las canciones, pero le gustan; no le ha preguntado los nombres de los artistas que canta, porque con su voz suena lo suficientemente bien como para no prestar atención. Shihyun entonces, disfruta callado.

Un minuto, dos minutos. El pequeño felino envuelto en una manta, al que ha adoptado ese mismo día, comienza a quejarse por el ruido que la gente hace de pronto; logrando que se despierte de un ㅡtal vez, su primeroㅡ tranquilo y cálido sueño. Shihyun lo abraza, lo lleva a su pecho sin importar que las uñas del animal se claven en su pecho, porque está demasiado concentrado en deslizar los dígitos en su pelaje. Y de pronto se concentra en el rostro del joven que se sienta a su lado, sin ser invitado, mientras el tren arranca con su recorrido una vez más. Lo mira; se miran. De pronto, el nuevo compañero sonríe.

Es bonito. Su rostro luce delineado a pincel, su cuerpo es completamente su tipo. Y sus ojos; simplemente preciosos. Pero la mirada ajena no se queda mucho tiempo en la suya, porque un maullido interrumpe el contacto de ensueño. Y le roba toda su atención de pronto; ¿se siente celoso de su nueva mascota? Por supuesto, porque el joven sentado a su lado no tarda en enloquecer.

Y si, es verdad, Yongguk enloquece. El felino envuelto en la manta color lila es demasiado precioso como para no prestarle toda su atención. Su sonrisa se ensancha, mostrando cada uno de sus dientes; sus dedos no tardan en comenzar con un dulce juego sobre el ㅡse notabaㅡ recién despierto felino. Ignora lo que ocurre a su alrededor cuando la yema de su índice es mordida por la pequeña boca; no siente sobre él la fija mirada del chico a su lado. Aún así, la recuerda.

Si él no fuera un amante de las mascotas, Yongguk seguiría pensando en los bonitos orbes que lo atraparon en una oscura celda, la cual con el tiempo se iba expandiendo para dejarlo ir, haciéndole sentir libre en el color de sus ojos. Supone, ¿es algo normal? Un pequeño, nuevo, crush. El felino posando sus patitas en el índice que le pertenece le prohíbe seguir pensando. ¡Es tan frágil! De su boca de pronto escapa un "bonito", que es respondido por el dueño del felino largando una carcajada.

Sus miradas se unen de nuevo, Shihyun se escapa tan pronto como puede para ver al felino en sus brazos.  Yongguk le sonríe, pero él no lo nota. No por ahora.

ㅡEs bonito... puedes ir a visitarlo cuando quieras, este es su primer viaje a casa. -Shihyun habla rápido, aunque entendible; nervioso por sentir aún la vista en él, pero a gusto aunque no lo conozca.

No lo conoce. Puede querer secuestrarlo a él, a su gato. Puede ser un ex-convicto o un ladrón.  Muchas cosas "pueden ser" pero ninguna se siente como creíble y verdadera. Solo una, en su exagerado (y emocionado)  corazón, puede ser el amor de mi vida.

ㅡPuedo visitarte a ti también, ¿verdad?

Ocultar una sonrisa nunca fue tan difícil como en ese momento; Yongguk lleva su índice ahora a la mejilla impropia, y Shihyun solo puede reír.