Capítulo 2

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1.

Estaba en ese lugar otra vez, en esa tumba oscura de un edificio. Las paredes goteaban óxido y mugre, y un ventilador industrial cerca del final del pasillo zumbaba y giraba lentamente, apenas agitando el aire rancio y viciado. Una gruesa y pegajosa capa de sangre recorría el suelo hacia donde giraba el pasillo, como si algo hubiera arrastrado un cuerpo por aquí recientemente.

Trató de recuperar el aliento, trató de mantener bajo control su creciente pánico. Sabía qué hacer, recordaba esto; si pudiese mantener controlar el terror que ladraba y chillaba dentro de él, podría resolver esto, podría arreglarlo, corregirlo, hacerlo bien. ¡Concéntrate! ¡Enfócate! ¡Deja de actuar como un maldito niño!

Mordiéndose el labio inferior lo suficiente fuerte como para hacerlo sangrar, obligó al pánico a alejarlo al rincón más oscuro de su mente, donde este gritó y golpeó la barrera que creó para contenerlo. Cerró los ojos, excluyendo el sombrío pasillo, y se concentró lo más que pudo.

¡Ahí! ¡Allí estaba! Ahora la oía: una risa ligera y femenina flotó hasta sus oídos. ¿Pero dónde? ¿Dónde estaba ella? Dios, ella debía estar tan asustada, tan sola en este horrible lugar... si sólo pudiera llegar a ella...

Empuñó su mano y se golpeó el estómago, dejándose sin aliento. ¡Concéntrate, maldita sea! ¡Deja de pensar en eso y concéntrate! ¿De dónde venía la risa?

Abrió los ojos y lo vio ; él lo vio, sólo por un momento, un pequeño pedazo de tela rosa, como si una mujer con una falda larga hubiera doblado la esquina del pasillo justo antes de que él abriera los ojos.

Fue tras ella, corriendo con todas sus fuerzas. El pasillo no era tan largo, podía alcanzarla, encontrarla, salvarla. Dobló la esquina, esperando encontrarla allí, ella esperando a por él...

Nada. Otro largo pasillo desierto, sucio y maloliente, abandonado hace mucho tiempo. Dios, ¿Quién habría hecho esto, quien acaba de abandonar un pueblo entero para dejarlo pudrirse? ¡Pero ahí! Esa tentadora vuelta de tela otra vez, esa débil risa... corrió de nuevo, persiguiendo el sonido, pero esta vez no se detuvo cuando llegó a la esquina, simplemente giró y corrió tras ella.

¡Porque tenía que ser ella, tenía que ser! ¿Quién más lo estaría esperando ahí? ¿Quién más sabía de este lugar sino ellos dos?

Corrió y corrió, su corazón tronaba en su pecho y sus pulmones chirriaban por el esfuerzo. Eso le aseguró de que esto no era un sueño, no te cansas en sueños, podías correr por siempre. Si esto no era un sueño, eso significaba que ella estaba cerca, pero, ¿Por qué ella seguía provocándolo, por qué seguía burlándose de él? ¿Por qué seguía escabulléndose? Una lanza de ira lo apuñaló, ¿por qué ella no iba más lento, por qué ella no lo esperaba?

Oyó algo más ahora, otro sonido se elevó por encima de la cacofonía de sus pasos y los débiles sonidos de la risa. Detrás de él, comenzó a hacerse un lento y arrastrado sonido, como alguien raspando una pesada punta metálica sobre el concreto... Miró por encima de su hombro, el pánico despertó con fuerzas y luchó para liberarse.

Nada. El pasillo estaba vacío detrás de él, y también estaba vacío delante de él. Él estaba solo con estos sonidos, con estos fantasmas.

¡No! Ella era real, ella estaba ahí, ¡Si sólo corría un poco más fuerte, un poco más rápido, y se mantenía por delante de lo que fuera que estaba haciendo ese sonido de arrastre, él la encontraría! ¡Él la encontraría y ambos podrían encontrar la salida juntos! Y esta vez, al final del pasillo, ¿Había sido esa una mano? ¿Una mano blanca y delgada, que se acercaba a él en un movimiento ondulado?

Siguió corriendo, desesperado por alcanzarla, desesperado por adelantarse al ruido de arrastre. Corrió hasta que sus piernas temblaron de agotamiento y sus pulmones se agitaran casi inútilmente sobre el aire pesado y estancado. La risa, la tela rosa, nunca pudo acercarse a ellas, por mucho que lo intentara. De cualquier forma, se volvía cada vez más débil y lejana cuanto más corría.

Fuera de las Sombras || James Sunderland x Harry Mason  || Silent HillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora