7

1.2K 153 11
                                    

--Señora, le he pedido su documentación. Y me gustaría saber porque su acompañante esta vestido exclusivamente con una bata de laboratorio. --el oficial le echa un ojo a Kyle examinándolo detenidamente. Trago grueso. Confiando que no encuentre nada extraño y nos detenga.

¿Por qué no podía ser un puto peaje?

¿Por qué tenia que ser un control policial?

Titubeo, distrayendo la mirada atenta del oficial hacia Kyle y imponiendo prestarme total atención a mí.--Perdone pero tendría que buscarlo en el bolso, ya sabe como somos las mujeres con nuestros grandes bolsos que parecen una caja sorpresa. Oh, y su bata, a mi novio y a mi nos gusta jugar un poco en el auto, ya sabe oficial, un poco de sexo nunca viene mal. --finjo una sonrisa pervertida y aprieto ambos brazos entre mis senos para hacerlos lucir mas provocativos. Por el rabillo del ojo puedo ver el ceño fruncido de Kyle. El oficial bigotudo queda cautivado con la piel blanca y redonda de mis pechos.

No puedo darle mi identidad, cuando se descubra la horripilante muerte de Alfred y manden la orden en mi busca, este oficial recordara mi rostro y mi nombre y eso les dará acceso a una zona específica en la cual encontrar mi paradero. No puedo permitirme un error tan estúpido e insensato.

--¿Le importaría que aparque el coche a un lado? Para buscar mi carnet de identidad. --le hago ojitos y el oficial no muy convencido me da el paso.

Me tiene el ojo encima constantemente. El otro oficial que esta revisando la identidad del sujeto que estaba posicionado delante mío le da el paso abriendo la barra metálica y no lo pienso dos veces antes de pisar el acelerador y colarme junto al coche delante.

¡Boom!

--¡Ahhh! --grité sobre saltada.

La barra metálica se estrella con la parte trasera y los oficiales reaccionan inmediatamente yendo a montar en sus motos para iniciar una percusión detrás de dos fugitivos: nosotros. Las sirenas envuelven el camino y enloquecen el ambiente y nuestros oídos llamando al pánico de los otros conductores. Kyle gruñe y aprieta la mandíbula. Era obvio que el ruido le irritaba pero no podía anestesiarlo ahora. Piso el acelerador sin detenerme en ningún momento. Los dos policías me persiguen cada vez mas cerca y si nos atrapan será el fin. Era difícil y peligroso conducir esquivando todos los coches que conducen en la misma carretera. Una gota de sudor recorre mi frente, mis ojos salen de órbita fijos en la carretera. Sin detenerme en ningún momento a mirar atrás, ya que podría entretenerme y provocar un accidente que probablemente, nos conduciría a la muerte en la velocidad que rodamos en el asfalto. Mi corazón late frenético con el terror y el miedo a ser encerrado tras de unos barrotes metálicos y mugrientos.

Huir. Huir. Huir.

Era lo único que transita por mi mente en tal desesperado y angustiado momento. Las ruedas retumban chillando contra el roce del asfalto cuando le doy una vuelta brusca al volante rompiendo la barrera plateada que separa la carretera de los que van de un lugar a otro. Dos coches se estrellan y me disculpo telepaticamente. Como si acaso pudiesen escucharme. Sin pensarlo dos veces rompo la otra barra con un atropello que sufre la parte delantera de mi automóvil y siento como vuela por los aires y nuestras coronillas chocan contra el techo de mi auto. Después de esto mi coche a quedado medio destrozado, no lo he visto todos los daños y ya soy consciente de eso. Mi precioso coche plateado todo magullado y hecho un desastre. Sigo conduciendo por el campo de trigo sin frenarme. Me paralizo dos segundos a mirar por el retrovisor y no veo a esos dos uniformados con su moto de policía. Recuerdo un puente lejano que habíamos explorado Alfred y yo. Poseía trigo.

Era este nuestro campo de trigo.

Donde habíamos venido a explorar nueve meses atrás.

Kyle (Lujurioso Desastre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora