Camellias / KuroBasu

10_ "Save me..."

Privet~ aclaraciones:
•Los personajes No me pertenecen, pero la Historia; Camellies, SÍ.
• Créditos al creador de la imagen♥.
• ¡Disfruten Camellies!~❤🍒🐯❤.
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"Everything was so sweet, until you tried to kill me"-
M.M, "Teddy Bear".

La mirada placentera de Kuroko se trastorno al mirar hacia el umbral. Mirada que llegó tarde, ya que su mano ya estaba vibrando del dolor. No reparo ni tres segundos en quien lo miraba amenazadoramente filoso, sino que dio vuelta sus orbes hacia la mano que dolorosa temblaba llamando su atención y que, antes sostenía la fusta de cuero con la que le había arrebatado toda dignidad a Taiga.

El susodicho se encontraba casi inconsciente, casi. Sin embargo, estaba a la vez, lo suficiente despierto como para escuchar y sentir los desgarradores gritos de Kuroko allanar sus orejas. A la vez, sintió unas gotas sobre su espalda. ¿Qué sucedía?, no entendía nada.

Abrió sus ojos e intentó dar vuelta su mirada al lugar donde el líquido cayó, siendo inútil.
Lento se levantó de la cama, siendo esto, bastante inefectivo ya que aún seguía atado con aquellas telas cerúleas que le rasgaban el pellejo. No pudo emitir sonidos alguno, solo balbuceos, la gagball seguía ajustada contra su boca. Miró hacia la derecha intentando divisar algo, todo estaba borroso, cerró y abrió los ojos en un palpitar, se dio cuenta que ya no sentía el peso de Kuroko sobre su espalda y posaderas, pero si sus gritos cada vez más quejosos y lejanos. No entendía nada, con este pensamiento en mente que solo se agravó al intentar acentuar su mirada.

En el umbral de la plomiza puerta se encontraba un hombre alto, ostentando seguro el metro ochenta, con ropas entre cafés o negras, bastante opacas, y a pesar de ver poco se podía percatar las negras ojeras bajo sus ojos y el cabello magenta que intentaba cubrir su mirada, enfurruñado. Sintió aquella mirada fija, sobre sus orbes, sobre su cuerpo.

Pero en un segundo se le aclaro la vista.
   En dos segundos estaba estupefacto*.
   Y al segundo siguiente, se encontraba al borde de las lágrimas. De hablar sin poder. De llorar, desesperado. De sentir, con miedo.

Frente a sí, estaba Akashi. Con la mirada perdida pero fija, los pies temblando, pero estables, el corazón destrozado, pero con esperanza. Hacia tiempo que no se veían, tanto que solo ellos se reconocerían. Ambos tenían los ojos rotos como un vidrio, querían tocarse y sentirse hasta lo más profundo, porque ya pensarse no les servía de nada...

La boca de Kagami dejo de pulular* lo que le permitía el juguete*, al ver un arma siendo sostenida con firmeza en la mano derecha de Akashi.
    «¿Para qué tiene eso?» -el distraído tigre, en un atisbo de astucia dio vuelta su nuca hacia su izquierda donde el presunto Kuroko se encontraba. Viendo apresada contra su cuerpo, la mano del peli celeste aún sangrando horrores. Kuroko ceñía sus ojos y cuando los abría miraba con pánico la sangre brotando del lugar. Había pasado que él creía y a la vez, lo que no tenía tiempo de analizar.

Al momento, se vio cubierto por un gabán café, los trapos que agarraban sus muñecas fueron cortados por un machete en el que ni siquiera reparo y, con impaciencia pero con cuidado, cortó el cuero de la gagball. Había sucedido tan rápido que ni siquiera emitió palabra, tampoco sabía si podía. Cómo extrañaba sentir ese atisbo de libertad. Akashi estaba a su lado, con los ojos destrozados y todo atropellado, como nunca lo había visto. Pero si él estaba así, ¿Cómo estaría el tigre?. No mucho mejor, la respiración se le atravesaba con sus inútiles intentos de palabra, le dolían las piernas y le temblaban hasta las venas, pero ambos corazones, aún latían al unísono.
Kagami intento emitir el nombre del contrario.

    -Akas... -sus primeras palabras se vieron interrumpidas por los brazos necesitados del emperador, quien cubría su cabeza en el cuello contrario. El arma había sido tirada por quién sabe dónde. El tiempo, en este momento, les parecía polvo.

Brazos que lo sofocaban, que lo necesitaban, de ahí, que antes de darse cuenta kagami esté haciendo añicos la ropa del contrario entre los puños. ¿Y su espalda adolorida? Ya ni la sentía... La noción la perdía.

    -No hables... Ya estás conmigo, está todo bien. No te esfuerces más -esas palabras servían para destruirlo y tranquilizarlo, todo a la vez.
    -Aka... Sei... Seijuro... Seijuro -se dio cuenta que el nombre le sabía extraño entre los labios-. Mírame, por favor.

El emperador levantó la mirada, sus hombros tiritaban, los ojos se le empañaban.

    -Ya estamos juntos -una risa tonta pero triste se le escapó-. Tranquilízate, yo estoy bien -no solo una risa se le escapó, también, una mentira piadosa-. Podemos volver a casa, a ser nosotros... No sabes cuánto te extrañe, cariño.

Ambos personajes se miraban a los ojos como nunca lo habían hecho. Porque sabían bien lo que habían perdido y ahora que lo encontraban, no lo dejarían escapar de nuevo...
El amor no es tiempo, el amor no es clase social, el amor no es una etiqueta, y todos lo aprendemos de diferente manera, pero cada uno, a la propia.

    -... Mentiroso -un susurro escapó de los pálidos labios del emperador. Cómo quien juega a descubrir y a ser descubierto.

Sus bocas se añoraban, sus cuerpos se gritaban, no aguantaban más. Ambos fueron acercándose lentamente como el verter de un vino en un vaso, hasta llenarlo.
Nunca pensarían que las paredes color encierro a su alrededor, las sábanas desgastadas y ensangrentadas, el cansancio y el insomnio, el hedor húmido y sus pies temblando, pudiera ser tan estúpidamente romántico como aquella vez, que todo se tornó a su favor, hasta lo más oscuro con el solo hecho de tener a su luz contraria, alumbrándolos. Fueron entrecerrando los ojos, hasta verse solo en un resquicio de sombra, cruzando sus narices y... No.

Un disparo.

Una risa entre dientes.

Un agujero por bala...

Esto parecía una broma o una pesadilla... Aún no se decidía.

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¿Yyyy? ¿Qué les pareció?
•
¿Creen que cambió demasiado la personalidad de Kuroko?
•
¿Intriga? ¿Dónde?... ¿Creen que pueda haber un final feliz?
•

Déjenme aclarar que hasta yo siento repudio hacia Kuroko en estos momentos. Peeero como medianamente sé lo que pasará, no me arrepiento. (CofCofDigo medianamente porque en realidad no tengo ni ideaCofCof)🙃.
Quien lo pensaría, aquí el malo no es Masaomi, sino Kuroko.

Aclaraciones:

• Espero que halla quedado claro, entre líneas, que nuestros pelirrojos protagonistas no se ven hace un tiempo largo ya. Sin embargo en este tema profundizaremos más adelante...
• Estupefacto: Alucinado, sorprendido, desconcertado.
• Pulular: Abundar y moverse mucho en un lugar.
•Juguete: Aquí nos referimos a la "Gagball" que es llamada juguete en un contexto "sadomaso".

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~Adiós🌹~