12_ "Si las camelias hablaran..."

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Privet~ aclaraciones:
FIN DE LA HISTORIA
•Los personajes No me pertenecen, pero la Historia; Camellies, SÍ.
• ¡Disfruten Camellies!~❤🍒🐯❤.
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"Apoderarse de un corazón que no está habituado a los asaltos es penetrar en una ciudad abierta y sin defensores." -La dama de las camelias.

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La mañana era calurosa. El sol se escabullía entre las negras pestañas de un hombre de tez acaramelada, haciéndolo despertar de su horrenda pesadilla. Una donde un hombre lo separaba de la persona que amaba, una donde el amor y la locura no tenían trazadas líneas claras, una... Donde su sufrimiento era inmenso.
Lo peor vino en un santiamén. Era su realidad. Eso realmente había pasado y aquel hombre que lo torturaba cuando sus ojos se cerraban, era su mejor amigo.

Su respiración se agitó. ¿Dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo ahí? Acaso, ¿nuevamente lo iban a lastimar? No quería sufrir más... De sus ojos carmesí amenazaban con brotar ríos traslucidos, el pánico nuevamente intentaba llegar a él pero justo a tiempo, una voz lo interrumpió.

_¡Tai... Ga!... ¡Taiga! -el nombrado pego un saltito y miró a su izquierda con los ojos bien abiertos brillando aguados.

No lo creía.

_¡Sei! ¡Seijuro! -no le importó que su espalda baja doliera horrores o que el nombrado tuviera un bello ramo de flores en sus manos, Taiga rápidamente se tiró a los brazos de Seijuro envolviendo sus brazos en el cuello contrario.

Las palabras sobraban, solo se unieron en un abrazo, para luego al unísono decir.

-Te extrañé.

Ambos rieron por lo bajo y se miraron embelesados.

-Taiga, perdón por hacerte esperar.

- Ya es un pasado al que no quiero volver. Empecemos de nuevo, juntos -su mano fue a parar a los cabellos magenta poniendo algunos detrás de la oreja con cariño, dejando ver la mirada dicromática algo enrojecida-. Y gracias por salvarme. Sabia que vendrías por mí.

Con los ojos brillantes por las lágrimas que amenazaban por fluir, taiga sonrió y Akashi lo besó. No querían derramar una lágrima más, ya no...

-¡Ah! Casi lo olvido... -Akashi se separó del abrazo y fue a buscar algo.

Era increíble que al fin todo había terminando, si había un dios ahí arriba se lo agradecía. El haber estado en esa pocilga... El haber sido tocado innumerables veces por las manos de... Un repelús le recorrió la columna vertebral entera en un solo toque. Cómo odiaba ese sentimiento. Nuevamente taiga se perdía entre pensamientos.
El leve pero molesto crujir de la puerta lo alertó y su pareja entró, murmurando por lo bajo que había que aceitar las bisagras.
Akashi extendió un papel rectangular y grueso hacia taiga.

-Pienso que necesitas un tiempo. Es hora de que saques un poco la cabeza de todos estos malos ratos que pasamos, no te quiero ver afligido, enojado o triste. Ya paso todo, estoy con vos y sé bien que nadie te va a volver a hacer caer, porque tenés la fuerza de un tigre corriendo por las venas -taiga sonrió a la voz sosegada del emperador, ¿Qué había hecho para merecer una pareja así? Sus ojos brillaron. En ese momento, sus palabras resultaban mejores que cualquier calmante.

-Ey, te amo -taiga agarró la mejilla del emperador acariciándola ligeramente.

Camellias / KuroBasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora