Bellarke oneshots (historias cortas)

Novio falso

--Finge ser mi novio, por favor

Cuando una impresionante rubia se acercó a él en el club y le preguntó si le podía pedir un favor, supuso que se refería a sacarle una foto con su amiga o a pagarle una copa, cualquiera de las dos cosas las hubiese hecho con gusto. Pero cuando ella hizo su extraña petición, Bellamy se quedó en shock.

--Qu-qué?-- fue lo único que consiguió articular.

--Ese tío de ahí no me deja en paz, lleva un mes persiguiéndome!-- suplicó ella.

--Y si simplemente me acerco y le digo que te deje tranquila? Puedo ser muy intimidante si me lo propongo-- dijo él, con media sonrisa, reaccionando por fin.

--No funcionará! Ya lo he intentado todo, créeme. Por favor, por favor! Solo te pido que actúes como si te gustara un poco hasta que se de por enterado y se largue de mi vida por fin-- insistió ella, poniendo ojos de cachorrillo añadiéndole un encanto casi infantil.

Bellamy sopesaba sus opciones mientras pensaba que fingir que la chica le gustaba no iba a suponer un problema, solo había que mirarla, tenía aspecto de princesa y tenía unas curvas de infarto. Pero no sabía si quería meterse en un problema que ni le iba ni le venía.

--Y... por qué yo? Ni siquiera me conoces.

--Porque estás aquí, no te ha visto antes conmigo y porque eres mi tipo y él lo sabe-- confesó ella.

--Soy tu tipo?-- dijo él, recuperando el humor.

--Tranquilo, Romeo-- dijo ella, parándole los pies rápidamente --me refiero a que eres el típico chico malo, solitario y algo gruñón que a mi me gustaría. Tampoco eres feo, y eso ayuda-- dijo, restándole importancia a sus palabras.

--Y todo eso lo sabes porque...-- quiso saber, curioso.

--Porque te he observado-- dijo ella, y acto seguido se sonrojó --vas a ayudarme o qué? No tengo toda la noche-- empezaba a perder la paciencia.

--Tranquila, Princesa. No olvidemos quién le está pidiendo un favor a quién-- dijo él, frunciendo el ceño ante su urgencia, aunque por dentro estaba más que interesado en ayudarla con lo que ella quisiera.

--Lo siento, es que ese tío me tiene muy quemada, de verdad-- se disculpó --me ayudarás? Solo tienes que quedarte conmigo hasta que se canse y se marche.

Bellamy contempló la opción de seguir haciéndose el difícil, pero ya la había oído rogar lo suficiente y creyó que sería divertido ayudarla.

--Está bien-- le sonrió --ven aquí.

Puso una mano en su cintura y la atrajo a su lado. Ella se tensó al momento.

--Qué haces?-- le preguntó en un susurro, fingiendo una sonrisa para que su pretendiente no sospechara.

--A tí qué te parece? Ser tu novio-- dijo él, acercándose a su oído como si le estuviera susurrando palabras cariñosas --tienes que relajarte, princesa, nadie se tragaría que estamos juntos viéndote tan tiesa.

--Me llamo Clarke, no princesa, y no te aproveches de la situación-- dijo ella, sonriéndole dulcemente, haciendo que un escalofrío recorriera su espalda --te he dicho que con que te quedes junto a mi es suficiente.

--Ya se porque hasta ahora tus técnicas para alejar a ese pobre infeliz no han funcionado. Déjame a mí. Después de esta noche no volverá a molestarte, te lo aseguro.

Bellamy decidió hacer precisamente lo que ella le había advertido que no hiciera: aprovecharse de la situación. La volvió a tomar por la cintura y esta vez la colocó justo delante de su cuerpo, mientras él mantenía su espalda apoyada en la pared donde había estado antes de que ella se le acercara. Apartó su pelo rubio a un lado y empezó a darle pequeños besos en el cuello. Disfrutó de la suavidad de su piel blanca y su olor a perfume femenino. Olía genial, como a flores.