Bellarke oneshots (historias cortas)

No vas a perdonarme nunca?

Me sentía infinitamente traicionada.

Incluso más que cuando Lexa nos dejó tirados en Mountweather.

Más aún que cuando me enteré de que Finn estaba con Raven.

Y cómo podría no estarlo? Madi era mi responsabilidad. Es mi pequeña, a la que se supone que debía cuidar y mantener a salvo.

Yo confié en él con lo más importante de mi vida y él me traicionó.

Bellamy dijo que la cuidaría, me lo prometió y, sin embargo, permitió que Madi se sacrificara por todos.

Él no lo entiende. Lo vi en sus ojos cuando lo abofeteé. No comprende el alcance de sus acciones. Estaba sorprendido por mi reacción pero, qué esperaba?

Yo no podía parar de pensar en Lexa, en que ella tenía la misma edad que Madi cuando tuvo que matar a una sala llena de niños de su edad y se convirtió en comandante de los terrestres. Todas las cosas horribles a las que se tuvo que enfrentar, los atentados que sufrió, todo lo que se esperaba de ella cuando no era más que una niña.

Yo quería algo diferente para Madi. Quería una vida de paz, y sin responsabilidades hasta que fuera mayor para asumirlas. Y Bellamy me robó esa decisión. La tomó por mí, por ella, y ahora todo el mundo querría matarla y yo no sabía cómo iba a lograr mantenerla a salvo.

Han pasado varias semanas de esto. Madi y yo hemos vivido semi ocultas en un lugar apartado del valle, donde ni los delincuentes ni wonkru ni nadie se acerca, aisladas voluntariamente, aunque dudo mucho que alguien nos eche de menos. Al fin y al cabo, nadie mostró demasiado interés en mi cuando volvieron a verme, más allá de la sorpresa inicial de ver que había sobrevivido tras el Praimfaya.

Tan solo Gaia nos visitaba de vez en cuando para comprobar qué tal estábamos y para instruir a Madi en los deberes de la comandante.

Mi madre también lo hacía, pero cada vez menos después de que la confrontara por su adicción a las pastillas.

Se que Madi echaba de menos interactuar con otras personas además de mí, y en parte me sentía culpable por ello, pero había hecho un trato con Octavia que garantizaba nuestra supervivencia y no pensaba incumplirlo bajo ningún concepto.

Estaba inmersa en mis pensamientos, en mis recuerdos, mientras Madi, a mi lado, clasificaba las bayas que habíamos recogido esa mañana cuando escuchamos el ruido del vehículo aproximándose.

Habíamos abandonado el Rover cerca del asentamiento y habíamos llegado aquí a pie para no llamar la atención demasiado sobre nuestra localización y porque suponíamos que a ellos les sería más útil que a nosotras. Pero no esperabamos que nadie lo utilizara para venir a vernos, nuestras visitas siempre venían a pié.

Antes de que aparcara a nuestro lado, ya había reconocido aquel inconfundible pelo negro.

Sabía que aquel día llegaría, ahora me preguntaba el motivo que le había traído hasta aquí sabiendo que yo le odiaba y no quería saber nada de él.

Me sorprendí al ver que la puerta del copiloto también se abrió. Tan absorta había estado mirándole a él que no me había dado cuenta de que alguien le acompañaba. El niño que reconocí como Ethan saludó a Madi con la mano y fue el primero en acercarse.

--Cuando me enteré de que Bellamy iba a venir le pedí que me trajera. Me enseñas esto?

Madi me miró como pidiéndome permiso. Yo me aseguré de sonreír a pesar de la tensión que me invadió al sentir sus ojos sobre mí y asentí con la cabeza. Al menos ella pasaría un buen rato con su amigo y yo no tendría que controlar lo que decía para que ella no me oyera.