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Harry tenía sus manos cálidas aquella noche y Louis al irse llevaba la punta de sus dedos congeladas y Eleanor no tomó su mano aquella vez y Louis le agradeció mentalmente y Harry se quedó con Gemma y decidieron irse a su estudio nuevamente porque a Harry le había dado inspiración ciertos ojos azules y labios rojos.

Al llegar, Harry se sintió solo de nuevo, no iba a permitir que Gemma se quedara con él pues no quería que lo viera pintar y Gemma jamás se quedaba.

"Vengo mañana" Anunció la chica en el marco de la puerta.

"No es necesario" Dijo Harry a espaldas de ella mientras buscaba algo. "Estaré ocupado"

"Vengo mañana, Harry" Repitió Gemma y lo último que el ojiverde escuchó fue la puerta cerrarse de un portazo.

Seguro que a Gemma le gustaba dar portazos.

Y Harry buscó por dos horas aproximadamente pintura azul y no había o quizás sí pero todas le parecían sumamente feas o insuficientes. ¿Cómo podría pintar al chico sin el azul? Tenía que ser azul porque él era muy azul y era lindo, o eso pensaba Harry cada que se acordaba de él y cuando se acordaba de él se le venía a la mente su novia y lo mucho que probablemente se amaban y recordaba el azul de nuevo.

Y eso hacía Harry últimamente, solo pensar en el azul, dejando a un lado el verde.

Harry aquella noche no pintó a nadie de ojos azules pero sí plasmó cierto color morado oscuro que tanto odiaba porque cuando Harry observó a Eleanor, lo único que vio fue morado.

Art; shades of Blue [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora