3. En la oficina

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Sintiendo un cansancio apremiante por todo el viaje y el hecho de saber que tenía una junta importantísima, apartó de su rostro las sábanas para apagar el molesto despertador que marcaba las 6:00 a.m.

Apenas se miraban los primeros rayos del sol de una forma muy tenue.
Se puso de pie acercándose a la ventana. Sin duda, Abruzzo era una ciudad muy bella. Gracias a la enorme terraza podía apreciar el esplendor del amanecer, los pajaros volando. Aquello la dejó pasmada junto a la enorme ventana sin importarle estar en bragas y sujetador solamente.

La noche anterior no tuvo tiempo de desempacar; tan solo recorrió toda la casa para poder ubicarse, después se dio una ducha en el lujoso baño que había en la recámara que había elegido como su habitación.
Corrió hacía donde estaba una maleta pequeña. Sacó lienzos, pinceles y algunas acuarelas, y por último un cuadro grande, lo colocó sobre un atril y mirando la ventana se puso a plasmar el bello amanecer.

Desde niña la pintura conquistó su corazón. Ese era un talento entre muchos otros con los que salió dotada. Tenía un talento innato para dejar reflejados sentimientos e imágenes en un cuadro, de la forma en la que ella percibía al mundo, y a las personas. Aún así, se había empeñado en mantenerlo en secreto, como algo muy íntimo. Algo que fuera solo de ella.
Constantemente volteaba a ver aquel bello paraíso, y con la misma miraba su cuadro al que le daba vida con cada pincelada, combinando distintos tonos, difuminando y trazando líneas y mas líneas. Para el azúl del cielo usó un poco de blanco y un azúl claro, para las nubes usó blanco y gris, para los rayos del sol, un poco de amarillo y naranja muy tenues. Por último pintó unos cuantos pajarillos volando. Al terminar se talló la frente con el torso del brazo mirando satisfecha su trabajo. Al parecer ese era uno de tantos secretos que la dulce loba Ainhoa Schumacher escondía. La pintura era su forma de desahogar sus mas profundos sentimientos, y ese amanecer la inspiró. Miró el reloj. Las 6:34 a.m.
Era justo lo que necesitaba para arreglarse, ya que siendo una mujer con una exótica belleza muy natural, no le hacía falta mucho maquillaje o un vestido extravagante.
Se dio un baño para quitarse la pintura del abdomen y de las manos. Sacó de la maleta grande un vestido lleno de pequeñas flores, abotonado hasta el pecho dejando visible el comienzo de sus pechos. Amarró su cabello, colocando un moño rosa pastel sobre su coleta y como toque final retocó sus mejillas con maquillaje y algo de labial para dar un toque mas femenino y sensual, pero no atrevido sin dejar al descubierto su lado feroz. Tenía la mirada puesta en Gianluca y no iba a parar hasta hacerlo arder con sus encantos.

Ya estaba lista. Eran las 6:50 a.m.
Estaba bebiendo una taza de café cuando llamaron a la puerta. Abrió. Era él joven Larry.

-Buenos días, señorita, él señor Ginoble me envió a por usted ¿está lista?

-Buenos días-respondió sonriente. Estaba muy emocionada-, por su puesto, voy por mi maletín y mi bolso.

Al salir el chico se acomidio a llevarle las cosas. Se subió al coche y arrancó.

Abruzzo sería una gran fuente de inspiración para ella, y aún mas teniendo cerca a ese hombre tan asombrosamente atractivo. No podía evitar imaginarse miles de cosas que ese hombre pudiera hacerle. Pero iban camino al trabajo, y ahí la situación cambiaba. Tenia que portarse como toda una profesional. No podía volver a caer en desgracia por otro hombre y mucho menos desvivirse de la misma manera. No buscaba un romance duradero, tan solo quería divertirse de la misma manera en la que muchos hombres se divertían con las mujeres, y esa era la razón por la cual se quedaba todas las noches en el carro de Michael mientras le quitaba el tanga de un jalón y la hacía gritar de placer a espaldas de su esposa. Era una perra. Pero una perra con orgullo, según así lo veía ella.

Al llegar a un edificio muy alto, él chófer aparcó en el estacionamiento exclusivo para el jefe.


-Ya llegamos, señorita.

Piove (Ciao ciao Bambina)-Gianluca GinobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora