16. Llámame más seguido

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Habían pasado unas cuantas horas cuando Gianluca acompañó hasta su casa a Ainhoa. Su jefe le entregó un hermoso vestido color vino para que lo usara esa noche en el Sensation. Queriendo complacer a su Adonis italiano, accedió a su petición y aceptó el vestido.

Entró en la habitación que había condicionado de forma improvisada como su estudio. En aquel cuarto había metido un escritorio con papeles suyos, fotos y demás cosas. Un ordenador y su cámara y al fondo estaba su instrumental para pintar. Y de forma discreta, en un lienzo, estaba cubierto celosamente el boceto en blanco y negro de una pintura en la que estaba trabajando desde que llegó a Italia. Nadie más que ella sabía de esa pintura. Se acercó al caballete y descubrió de una esquina el lienzo.

-¿En que lío me he metido?
Permaneció unos segundos mirando su nueva creación cuando...

-¿Diga?-respondió sin animos el móvil.

-¡Ainhoa!-exclamó por la otra línea una voz totalmente familiar -¡Hola!

-¿Michael?-dijo confundida-, Ay Michael, Dios, ¿cómo estás?

-Extrañandote mucho, primor - aquello sonó triste y melancólico -Extraño tu boca, tus besos... tu piel... Ainhoa yo...

-Michael -le interrumpió -Ya basta. Ya habíamos hablado de esto y no pienso seguir así. Tu sabes que yo te quiero y en verdad valoro que hayas estado conmigo en las buenas y en las malas. Eres mi mejor amigo, pero si vas a continuar en esa negación sera mejor que...

-Perdóname-respondió irritado-En serio que trato de no olvidar lo que me dijiste la última vez que nos vimos pero... Ay, linda, te extraño.

-Recuerda que tu esposa esta embarazada y además tienes otros dos hijos y yo quiero seguir adelante sin culpas ni remordimientos. Somos complices en casi todo pero... amantes ya no...

-Pues tu siempre serás mi amante y la mujer más importante en mi vida.

-Cállate, Michael.

-No. No me puedo callar. Siento como si ya no te fuera a ver nunca más y eso me lastima mucho.

-Deja de lloriquear, tonto. Sabes que voy a volver a Múnich.

-Háblame más seguido, linda. Yo quiero...

-¡Claro! Te llamaré más seguido para que me cuentes como va todo en la oficina desde que me fui y sobre todo quiero que me cuentes como está Anabelle.

Michael resoplo en la otra línea.

-¿Podrías dejar de mencionarme a mi mujer?

-¡No!-gritó molesta y decidida a terminar con todo de una vez-Michael. Ya va siendo hora de que te enteres que yo jamás he estado enamorada de ti, y si tu cometiste la estupidez de enamorarte de mi, pues con mayor razón te digo que dejes de fastidiarme.

-Ainhoa...-un suspiro lleno de tristeza se le escapó-... Yo sé que nunca te enamoraste de mí... es solo que...-su voz sonaba entre cortada-... Cuando te conocí, pensé que podríamos ser amigos y al darme cuenta de que con el tiempo logré invitarte a salir un par de veces... intenté que me vieras de otra forma y...-rechino los dientes lleno de furia- apareció el imbécil de Johann...-estaba a punto de romper en llanto junto con Ainhoa al escuchar el nombre de el hombre que tanto la destruyó... -Si ese bastardo no hubiera aparecido nunca,nosotros...

-¡Michael, ya basta!-bramo llena de furia-No quiero que vuelvas a recordar lo que pasó con Johann.

-Ainhoa, por favor...

-Escucha-sentenció sin morderse la lengua-Cuando nosotros nos conocimos encontré en ti un amigo pero nada más. Y si. Después de que Johann dejara esa marca en mi vida yo estuve a punto de fallecer del dolor, me sentía una basura. Una porquería y cada vez que me veía al espejo desnuda, podía sentir sus manos sucias sobre mi piel, y podía sentir como si me estuvieran arrancando cada una de mis extremidades-sus palabras estaban quebrandola por dentro pero lucho para no caer-, y tu... me ayudaste a no morirme. Fuiste un consuelo. Necesitaba levantar mi autoestima y mi valor como mujer y eso fue lo que tu hiciste. Curarme un poco pero nada más. Nunca me he enamorado de ti.

Piove (Ciao ciao Bambina)-Gianluca GinobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora