Capítulo 22

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Desde que mi padre me contó todo lo sucedido hace un par de días , hize lo posible por no moverme de la cama en todo el día. Pero Niall no lo consintió y me obligó a irme a darme una vuelta.

—No puedes pasarte el día en casa, no es bueno —dijo Niall colocándome en su regazo mientras mi espalda descansaba en el sofá.

—Lo sé. Pero no me apetece hacer nada.

—Ya, pero necesito que salgas. Pareces una planta, estás mustia —yo no pude evitar que una carcajada saliera de mi boca, haciendo que fuese la primera en los dos días que llevaba metida en casa.

Niall me miró con compasión y ternura y poco a poco se fue acercando a mí, hasta el punto de tener nuestros labios pegados. Me sujetó la barbilla con una mano para profundizar más el beso y segundos después se separó de mí.

—¿Sabes que no me gusta verte mal, no?
—Ya lo sé, Niall. ¿Pero que quieres que haga? Llevo años queriendo reprocharle todo lo que me hizo y lo único que quería él era sobrevivir.

Y las lágrimas cómo no, volvieron a evadirme.

—Ya pasó... —dijo Niall abrazándome—. Todo va a salir bien.

Entonces me retiré de sus brazos para volver al suelo.

—¡No! ¡Nada va a salir bien porque se va a morir! Eso no va a salir bien —le respondí, gritándole.

En cuestión de segundos los ojos de Niall empezaron a brillar con fuerza. Inmediatamente volví a sus brazos para darle un abrazo fuertemente:

—Lo siento... lo siento mucho. No quería haberte gritado. Me he pasado, lo siento —Mimí pegó un pequeño bufido haciéndome sonreír un poco.

Nuestros ojos conectaron para darnos un beso de nuevo.

—Lo siento —volví a decir.
—No tienen nada que disculparte. La culpa es mía.

Pegué un suspiro y quitándome las lágrimas, le abrazé de nuevo.

—Anda, porqué no te das una ducha y nos vamos.
—¿Te vienes conmigo? —dije con una pequeña sonrisa mientras me daba un beso en la frente. —Gracias, —le respondí— por todo.

Niall me dio un beso en la mejilla y me dijo que fuera a ducharme.

Las gotas de agua fría empapaban mi cuerpo desnudo. Recapacité sobre lo que le había dicho, o mejor, gritado, a Niall esta mañana. Había estado horrible. Era mi novio y yo le había tratado mal. Suspiré y me aclaré el jabón de la cabeza.

(...)

—¿Estás ya? —preguntó Niall.
—Sí, pero espera. Voy a ver si  tengo cartas en el buzón —dije mientras salía de casa y abría la pequeña puerta del buzón.

<<Propaganda, propaganda y más propaganda.>>, pensé mientras sacaba los folletos.
Miré más adentro y me encontré con un sobre blanco.
<<Al final sí va a haber carta.>>

Me metí en casa y me senté en el sofá de nuevo. Leí el reverso, y únicamente encontré una dirección. Sin remitente alguno, y sin emisor. Simplemente: 110 Shoutwark Street, 3B, UK. 

—Niall, ¿esto pilla muy lejos? —se tiró pensativo unos instantes.
—Creo que a unos cuarenta minutos de aquí.
—Pues nada, ya tenemos paseo —sonreí victoriosa.

(...)

—¿Cómo es? ¿Cómo es esa zona? —le pregunté a Niall mientras seguíamos caminando.
—Normal. Clase obrera.

Ah.

—¿Se puede saber que le vas a decir a la persona que viva en esa casa? —prosiguió Niall.
—Pues la verdad, ¿no? Que se han dejado una carta en el buzón.
—Tal vez te tomen por un psicópata —río Niall— Es demasiado extraño que se confundan estando tan lejos unas casas de otras.
—Tal vez. Igual leyó mal. Quién sabe —me encogí de hombros.
—¿Te apetece un helado? —irrumpió Niall tomando mi mano.
—Está bien —asentí.

Escondidos → Niall Horan || (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora