Prólogo

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El día comienza en forma usual, nada nuevo ocurrió en el transcurso de los pocos minutos que llevo despierto y dudo mucho que lo haga el resto del día.

Me levanto de la enorme y vacía cama cubierta con las sabanas de seda para prepararme igual a cada mañana; colocarme el traje, vestirme, peinado y demás para ser "Elijah Mikaelson".

Salgo de mi solitaria habitación rumbo a buscar a uno de mis hermanos, pero solo unos pasos después de cruzar la puerta me doy cuenta de que no hay ni el más mínimo ruido en este lugar. No están.

Otro día en completa soledad, aunque ya no es una sorpresa.

Camino hacia la biblioteca, con mi idea de pasar tiempo en familia en el fondo de mi mente y tomo de una de las estanterías un libro cualquiera. Ya he leído cada libro en este recinto y no hay nada nuevo, debo conformarme con releer... ¿las crónicas de Narnia? Bien, hay cosas peores.

¿A esto me he rebajado? ¿a la soledad eterna? ¿a conformarme con solo tomar un libro y leerlo sentado en un sillón, solo en una mansión?

Termino de leer el libro y levanto la mirada, de ser humano, mis ojos pesarían. El sol brilla con mayor intensidad que antes en rayos naranjas y rosas, mostrando que las horas han pasado sin darme cuenta.

El libro es bueno, debo de aceptarlo.

Dejo el libro a un lado justo cuando la puerta de la biblioteca se abre, dejando ver en el umbral a una castaña de rostro tierno, con una sonrisa aún más tierna.

—Tío Elijah. —Dice Hope entrando y dejando en uno de los sillones su bolsa color ciruela. —¿Estuviste todo el día aquí encerrado? —Pregunta mi sobrina sin sorpresa en la voz, me gustaría que se sorprendiera, aunque fuera un poco.

—Creo que ya conoces la respuesta. —Suspiro levantándome de mi asiento, estoy seguro de que cualquier humano sentiría dolor por ese simple movimiento después de horas de quietud. Me acerco y beso su mejilla, lo cual la hace sonreír. —¿Como está tu...?

—Está bien. —Me interrumpe, consciente de lo que deseaba preguntar. Hayley... ¿Qué estarás haciendo ahora? —Hoy me quedaré con ella...

—Pásala bien. —Un último beso en la frente de mi sobrina y estoy dispuesto a irme, pero ella habla una vez más.

—¿Qué te parece la aplicación que te mostré? —Doy media vuelta para verla, tiene los brazos ocultos tras la espalda.

—Bastante juvenil para mi gusto. —Esto ocurre cuando tienes una sobrina de 18 años que asegura que estas "amargado". —No he recibido ningún mensaje. —No entiendo esa aplicación, pero por lo poco que Hope me explicó sé que trata de comunicación, como una especie de carta.

—Solo debes esperarlo. —Asegura mi sobrina con una sonrisa que me recuerda a su padre. —Son mensajes aleatorios, alguien te escribirá.

—¿Así funciona? —Pregunto levantando una ceja y sacando mi teléfono. Entro a la aplicación cuyo nombre aún se me hace demasiado extraño y pretencioso, después se lo entrego. —Tengo los mensajes normales.

—Tío Elijah, solo dale la oportunidad por esta semana. —Suplica y a pesar de ser casi una adulta continúa luciendo tan adorable como cuando era un bebé. —Solo... Una semana.

—Por ti lo haré. —Accedo y ella da varios saltos antes de arrojarse a abrazarme. Yo correspondo, agradeciendo internamente la demostración de afecto.

—No te vas a arrepentir. —Promete y se aparta. —Solo confía.

—Confío en ti. —Siempre he confiado en ella, pero esta aplicación me parece ridícula cuando existen las llamadas, que son más rápidas y directas. —Pero en una semana voy a borrarla. —Prometo.

—O no... —Canturrea y sé que algo pasa dentro de su maquiavélica cabeza. —Pero ya me voy, tío. —Besa mi mejilla y corre fuera de la biblioteca, dejándome una vez más solo con mi soledad.

Suelto un suspiro pesado, tomo otro libro y me siento de vuelta en mi silla para comenzar a leer. ¿Hayley, eres feliz ahora?

No me logro concentrar.

Las horas pasan una vez más. Niklaus llegó al igual que Freya, pero no tengo ánimos para salir de aquí. Debo terminar este libro, por lo menos concentrarme para lograr no perder el hilo de la historia.

Entonces desde mi bolsillo suena mi teléfono. Extrañado lo tomo y lo desbloqueo.

"1 mensaje nuevo"

Se lee en la pantalla. Extrañado doy clic en la notificación y esta se abre ante mí.

Desconocido: Hola.

Ese número es extraño. No le pertenece a Rebekah, ni a Kol, a nadie.

No sé por qué, pero mis dedos comienzan a teclear una respuesta para ese número desconocido.

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【TRAILER SAGA】

Por Un Mensaje {Elijah Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora