Día 14

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Elijah: Hola.

Elijah: Hola.

Elijah: ¿Sigues molesta?

Elijah: Deberías ser madura, esto me da un redondeo de tu edad.

Elijah: Lamento lo que dije, lamento presionarte, lamento mi falta de paciencia.

Estoy confundido. No es disculpa, pero necesitaba decirlo.

¿Qué tengo que hacer para que me vuelvas a hablar?

***

Veo el teléfono como si eso ayudara, pero no hay respuesta. Soy un idiota y dudo merecerla.

La primera mujer desea conocerme de esta manera y esto ocurre. Bien hecho.

Suspiro y recuesto mi cabeza en el respaldo del sillón en el que me encuentro, preguntándome una y otra vez lo mismo ¿Por qué me duele no tener una respuesta de Ella... Ángel? Como sea, eso no es lo importante, ya no lo es.

—Elijah. —Freya entra y suelto un suspiro. No quiero ver a nadie, solo quiero ver su mensaje. —¿Qué te parece si vamos por un café?

—Yo... —No quiero salir, solo quiero ese mensaje.

—Vamos, ayer estabas muy feliz y hoy... —Calla, sabe que no es buen momento. —¿Es por Hayley? —Pregunta levantando una ceja.

—No. —Si lo fuera todo sería menos complicado, ¿Me gusta una chica que nunca he visto? ¡Es ridículo! Con amores pasados por lo menos conocía su rostro.

—Te hará bien. Solo un café y volveremos a casa. —Suplica y con un suspiro me levanto, guardando el teléfono con el volumen al máximo en mi bolsillo. Si suena será Ella y no quiero tardar en responder.

Salimos y a petición de Freya caminamos hacia uno de los cafés más cercanos, lo cual agradezco porque más pronto podré volver y no tener distracciones por el mensaje.

Tomamos asiento y se acercan a tomar la orden, Freya pide por los dos y yo suspiro colocando mi mano sobre el bolsillo para asegurarme de que no olvidé el teléfono en casa, lo cual es imposible, algo que nunca he hecho y ahora mucho menos.

—Iré al baño. —Declara Freya y se levanta para ir en dirección a la esquina del café.

La orden llega y cuando sujeto mi taza de té negro el teléfono finalmente suena.

Suelto la taza y sacó el aparato al instante. Es Ella.

Ella: ¿Sabes qué quiero para olvidar lo idiota que eres?

Elijah: Dime.

Ella: Sonríe.

Al leer aquello ruedo los ojos ¿Es en serio? De nuevo suena el teléfono en mis manos.

Ella: Dije "Sonríe", no "rueda los ojos"

Por poco suelto el teléfono. Ella me está viendo.

Elijah: ¿Dónde estás?

Ella: En el café.

Me levanto de mi silla y esta se tambalea debido a la fuerza bruta del movimiento, después veo a mi alrededor, pero no hay nada fuera de lo normal además de personas bebiendo café.

Si ella está aquí necesito verla, conocerla, saber de qué color son sus ojos. Pero nadie aquí llama mi atención y si estuviera aquí, estoy seguro de que sentiría algo al verla, lo sabría.

Ella: Elijah, ya siéntate.

Elijah: ¿Por qué debería?

Ella: No es el momento de que me conozcas.

Por Un Mensaje {Elijah Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora