Cierro los ojos y agudizo el oído, esperando escuchar el familiar latido de su corazón. No la encuentro.
Freya la rastreó hasta el río Misisipi, el resto depende de mí. Tuve que literalmente suplicarle a Hope que no viniera, que me dejara encargarme, luego de mucho discutir aceptó.
Me preocupan varias cosas, en especial el hecho de que a Freya le falta un frasco de acónito, ¿Qué haría mi ángel con algo que la debilita?
Una vez más trato de escuchar y no la encuentro, temo lo peor, temo haber llegado tarde una vez más. Tal vez si hubiera conducido más rápido aquel día Rhiannon y yo estaríamos en la cama amándonos el uno al otro.
Pero no, ella está en este lugar pensando en suicidarse y temo que ya lo haya hecho.
Entonces, cuando estoy por entrar en desesperación, escucho un latido, débil y lento, pero ahí está. No dudo y voy en dirección de aquel sonido.
Rhiannon está sumergida hasta el pecho en el río y finalmente entiendo por qué no escuchaba su corazón, las pequeñas olas acallan su respiración entrecortada, pero en esta época del año el agua está helada, tanto que su pequeño cuerpo debe de estar por congelarse.
Parece escucharme y se da la vuelta, tiene los ojos rojos de tanto llorar y el cabello desarreglado. De su vestimenta solo logro ver que usa una chaqueta deportiva y la parte de arriba de su uniforme de animadora, no logro ver más.
—Ángel. —Digo posicionándome en la orilla del río, estoy a solo unos metros de ella. —Solo ven, podemos arreglarlo juntos.
—Estoy cansada. —No está tiritando, ya tiene hipotermia. —Elijah, siempre traté de ser buena, poner la otra mejilla y darle a la vida una sonrisa, ¿Qué gané? —No sé qué me preocupa más, si sus palabras o el hecho de que sus labios se encuentran de un intenso color morado. —Que Simon me violara, eso gané.
—¿Cómo sabes que lo hizo? —Quería usar la compulsión y obligarlo a hablar desde hace días, pero no lo hice por ella, por temor a matar a Simon y que ella se sintiera culpable.
—Hablé con él. —Saca las manos del agua para limpiarse una lágrima que se le escapa, también sus manos están de color morado. —Y mientras me daba los detalles de lo que me hizo lo recordé. —Esta vez usa sus manos para cubrirse el rostro. —Le pedí a mi hermano que matara a mi madrastra y luego yo maté a Simon. —Dice con el rostro cubierto con sus pequeñas manos. —¿Soy mala persona?
—No. —Digo sin dudar y meto un pie en el agua, no me importan los zapatos. —Eres la persona más buena que he conocido. —Meto el otro pie, todo lo que quiero es sacarla del río. —Eres dulce, amable, piadosa.
—¿Piadosa? —Se aparta las manos del rostro y sonríe sin gracia, como si le hubieran contado un chiste terrible y solo quisiera ser amable. —Maté a Simón, lo torturé como en esas películas de edad media.
—No eres una santa, tienes derecho a estar molesta. —Doy otro paso, el agua aun no es profunda. —Tienes derecho a desear venganza.
—Yo era un ángel cuando me conociste, ¿Ahora qué soy? —Da un paso hacia atrás al ver que me acerco y el agua le llega ahora hasta el inicio del cuello. —Ya no lo soporto más.
—Yo te ayudaré. —Podría sacarla en cuestión de segundos, pero quiero que ella salga por si sola del agua, que recuerde su amor por la vida. —No me importa nada, solo tú. No te quería dejar entrar por miedo y ahora que lo hice me niego a permitir que te vayas. —Mi voz suena suplicante, pero no me interesa. —Puedo ayudarte, recordarte que no estás sola, pero debes salir del agua.
Ella parece pensarlo. Sé que no le ofrezco mucho, ella quiere redención y no se la puedo dar porque ni siquiera yo sé cómo obtenerla. Pero le estoy prometiendo mi amor, mi apoyo y mis atenciones, solo puedo esperar que sea suficiente para ella.
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Por Un Mensaje {Elijah Mikaelson}
Fiksi PenggemarRECEIVED MESSAGE: Libro 1 El ser humano. Científicamente se dice que el hombre está obligado a ser una criatura sociable, que debe fraternizar con sus iguales ya sea solo por obtener sustento o por deseos carnales, entre otras necesidades. Algunos t...