~XXVI~

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Debería poder ofuscar su dolor,
Creer tener el control,
pero en un instante de descuido, comienza el delirio.

Son las manos quienes evocan el recuerdo,
De dos pieles que de noche,
Buscan palpitantes el perfecto tiro.

Dos pieles que hablan, que se contraen, que saben de placer, que sin querer, solo hablan el lenguaje primitivo.

No les basta el tiempo nocturno,
esperan pacientes el despertar matutino,
Para repetir ese ciclo, del lo hermoso... De lo divino.

Dos pieles que se superponen, que se miran tal cuál ser indefenso a su destino.
Se precipitan con temor a separarse, sin darse cuenta, que a la mañana siguiente,
por siempre han de extrañarse.

Ya no volverán a tocarse,
Son dos pieles que han perdido,
Son las pieles de un animal mal herido.

Se desangran,
el frío las invade,
Gimen por última vez, nadie las entiende, es un lenguaje primitivo.

Todo se pudre en el olvido.

Tratando de decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora