.XLV.

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Blanco


Tratando de decir adiós, cariño,
Tratando de decirte adiós,
Creí de todo, menos... en verdad hacerlo.

Adiós, amor.
Adiós, a mi otro yo.

Hola, luz de día.
Hola, a mi risa renacida.













Esto ya no es un verso como tal, pero aquí el final:

Un día, por la mañana, te levantas y piensas que vas a seguir sufriendo, esperas la punzada del corazón, la lágrima y tu propio rechazo, pero te desconcertas, porque no llega.
No lo notas por completo, te levantas, te preparas un buen café o un té, y al sentarte en la mesa y tomar la taza entre tus manos... Ahí, justo en ese momento sonríes.
Todo ha cambiado.
Comienzas a evocar recuerdos, sobre todo tristes, pero pasa que esos recuerdos que creías tristes ahora se vuelven alegres, y entonces sonríes más, tu corazón late diferente, y ese hueco que creías inllenable, ahora desborda algo, no sabrás lo que es.
O tal vez si lo sepas, pero conciente del todo no eres, te apresuras para poder realizar tus tareas del día, te sorprendes cantando en la ducha, te sorprendes mirando tu cuerpo y amandolo por completo, tal y como es.
Sales de tu casa, y te detienes en la puerta preguntandote, ¿Como es posible que hace tiempo creí no poder salir nunca más?
Cariño, quien fuiste hace tiempo, no habría podido, pero hoy eres alguien diferente.

¿Lo notaste?

Existen sentimientos que duelen bastante,  pérdidas, ocasiones, palabras, que duelen el doble, pero debemos saber algo, ese mismo dolor, puede que nos derrumbe por horas, días, meses (a mi me derrumba por pasos)
¿pero que viene después de eso?
Renace algo en ti.
Eres alguien nuevo.
¿Qué si vas a extrañar al viejo tú?
Joder, claro que lo harás, pero serás consciente que el viejo tú, es más débil, y que si se sacrificó, fue por algo, para que tú lograrás sobrevivir.
Y así lo harás.

No sabrás con certeza todo lo que se avecina, tal vez ahora tengas que sacrificarte, para ver nacer a alguien más fuerte, más hábil, más consciente. Pero es que la vida es así, estamos constantemente pariendonos, abriendo más y más lo ojos, pero no nos queda de otra, en un mundo tan cruel, debemos adaptarnos, ver a las buenas emociones como un lujo, y ser ambiciosos por tenerlo, esforzarnos y obtenerlo.

Dile adiós a lo que te haga daño.
Dale una sonrisa y un abrazo a quien te quiera y quieras.
Que si vas a querer, quiere bonito, bien, ¿tienes miedo de romperte?
No lograrás querer, no podrás quererte.

Yo me esfuerzo día con día para que mi pasado no me afecte, y que si lo hace, no sea de un modo irreversible.

La música sana, la poesía sana, escribir sana.
Pero no hay nada como sonreír mientras se vive, mientras se le dice adiós a todo lo que fuimos, a todos los que estuvieron con nosotros, a todos los atardeceres, a todos y cada uno de tus sacrificios que te permiten ser mejor cada día.

De verdad que me esfuerzo, pensaba que los libros eran un buen refugio, y claro que lo son, pero existen personas que son refugios más seguros, y nunca podrás encontrarlas si no las buscas.

Ese es el sentido de esta obra, y aunque ya lo dije, lo repetiré para que quede en una cicatriz en alguna parte de tu cuerpo, una cicatriz que no duele, y de la que al menos yo, estaré orgulloso de portar.

Dile adiós a todo aquello que no te permita caminar.
Dile adiós a todo lo que causa mal.
Dile hola y dale una sonrisa a esa nueva vida que te espera.

Gracias. Fin.

Tratando de decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora