Tratando de decir adiós

Un texto más.

Nunca nadie se va del todo.
Pero no puedes depender por siempre de una persona. A menos que esa persona seas tú.

Hoy mire por mucho rato un buen atardecer y pensé:

Es como si nos robara algo
Cada vez que lo miramos nos arranca de nosotros mismos
Primero piensas en lo hermoso que es
Pero luego, recuerdas que al igual que él
Algún día nosotros nos iremos
Al final, la vida es un día
Nuestra marcha, un atardecer
Espero que sea bonito
Con nubes, viento, gente pensado, pensando.
Amando.

Espero que el viento guarde mis palabras
Espero que la tierra recuerde mis pasos
Y si no lo hacen, tapate los oídos cielo, en la noche se escucharán mis lamentos.
Estas son de las últimas letras que plasmo.

Me gusta quebrarme de esta forma, porque al hacerlo, no sangro, escribo.

Yo me pregunto si hay forma de hablar con el corazón y cuestionarle si no está confundido. Todo este tiempo estuve esperando palabras, cuando debería haber estado escuchado sus latidos.

Intento estar bien, no pensar demasiado, pero apenas una gota se desprende de mi nube, y llueve.

No importa que seremos mañana, más humanos, más cobardes, más tontos, más polvo.
Recordaré a quien me quiso, a quien he querido.
Creo que eso es suficiente.

Aún llueve. Llueve tan tranquilamente que tengo ganas de dormir.
Y pronto voy a hacerlo.
Espero que al despertar, todo este más tranquilo.
Espero que ya nada duela.
Y si no es así.
No habrá nada más que hacer que soportarlo un día más.
¿Qué es un día más en contra de miles atrás?
Si pudimos antes, ¿Por que ahora no?

La tristeza es temporal. Igual la vida.
Pero eso no nos va a hacer marchar.