Capítulo II

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Tomás me llevó al patio de la casa para conocer a más de sus amigos, se notaba que eran buenos chicos pero yo tenía la cabeza en otro lado que con las justas y había pronunciado alguna que otra palabra. Conocer a Mía fue extraño, sentí una familiaridad muy rara, como si la conociera de toda la vida, pero era la primera vez que la veía, y al verla se me aceleró al corazón, más cuando la saludé, me impresionó bastante y eso que yo no soy una persona fácil de impresionar. Todo esto lo atribuía a que por fin conocía a la famosa Mía que tantas maravillas me había hablado Tomás. Durante la fiesta fue todo muy incómodo, no podía dejar por ratos de buscarla con la mirada sin que se diera cuenta, y por otros ratos sentía su mirada en mi, a veces nuestras miradas chocaban al mismo tiempo y rápidamente las apartabamos como si quemaran, me estaba desquiciando está situación, quería irme, sentirme tan inestable es algo que siempre he odiado. Me disculpé con Tomás porque todavía era temprano y le dije que estaba cansada.

- Amy te llevo a casa, no tienes porqué irte sola. - Tomás me persiguió corriendo cuando yo ya estaba saliendo.
- No es necesario, puedo tomar un taxi, sabes que vivo bastante cerca de aquí. - Le sonríe de manera tranquilizadora para que se quedara, no tenía ganas de que alguien me acompañara, quería llegar a casa, relajarme, darme una buena ducha y dormir.
- ¿Estás segura que puedes ir sola? Te he notado rara en toda la fiesta. - Me miró preocupado.
- No es nada, solo estoy agotada, tuve un día pesado y mañana también será agotador, solo quiero descansar bien esta noche.
- Esta bien, avísame cuando llegues a casa. - Me miró de manera protectora.
- Ok papá, te aviso cuando llegue. - Nos despedimos y tomé el primer taxi que pasó, en menos de 15 minutos ya estaba en casa.

La verdad es que no estaba agotada y de echo dormir ahorita no me apetecía, me sentía totalmente desequilibrada emocionalmente y eso no pasaba desde que murió mi hermano hace varios años. No puedo entender como haber visto a Mía me podría haber puesto así. Si, la chica es hermosa, amable, risueña, de buenos sentimientos, honesta, ¡¡¡Pero que tonterías estás hablando, si ni la conoces!!! Lo cierto es que una parte de mi estaba segura de todas esas cosas que decía, como si hubiera sido testigo de comprobar esas verdades, no entendía que me pasaba con ella pero sabía que no era algo normal y como cada vez que pasa algo en mi vida que me deja desconcertada o desequilibrada trato de olvidarla lo antes posible para que no me siga afectando, así es como he llegado a ser lo que soy ahora y no pienso cambiar a estas alturas, lo mejor es que vaya a hacer algo de deporte y corte de lleno con esto. Me fuí a una habitación continua a la de mi habitación donde tenía mi saco de pelea, dar unos buenos golpes es algo que me relaja y disfruto hacer, es mi fuente de desahogo cuando me pasan cosas que no comprendo como las de hoy. Me pasé una hora golpeando y golpeando hasta que terminé agotada, había logrado desestresarme y dejar de lado emociones que no entran en la razón. Me bañé y me fui a acostar bastante más tranquila.

Me empecé a dar vueltas por la cama tocando por todos lados hasta llegar a mi celular, no sé que hora era pero andaba sonando como loco.

- Amy disculpa, sé que es muy temprano pero necesito que estés en una hora en el municipio, el proyecto que tanto hemos planeado se va lograr realizar por fin, pero las personas que nos patrocinarán solo pueden venir a esta hora de la mañana y sino tendríamos que esperar un mes a que vuelvan de viaje y no creo que quieras que esto se siga atrasando. - Era Will mi compañero de trabajo en el municipio.
- Si, si, no hay problema, estaré ahí en una hora, ese proyecto tiene que estar en marcha desde hoy mismo. - Colgué, estaba muy feliz, uno de los proyectos en el que había trabajo todo este último año por fin vería la luz, por fin podría ver empezar mi sueño pero que a la vez ayudaría a todo la ciudad, armaría la academia de defensa personal para todos sin importar sus recursos, en estos últimos años la ciudad se ha visto llena de puros crímenes y asesinatos que hasta ahora no se dan con los culpables, ayudé unas cuantas veces a algunos que estaban en apuros y esos maleantes terminaron presos pero hay muchos más afuera sin ser castigados y mucha gente inocente que no sabe lidiar con ellos, quiero que sepan defenderse, que se acabe esta ola de crímenes, porque con gente capaz de defenderse y entregar a culpables a la justicia ya no habrá más delincuencia y muerte, por fin esta ciudad estará en paz.

Un llamado del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora