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Cumplía sus 20 años he iba corriendo sin mucho apuro por las calles de Francia era un lugar hermoso de hecho se había convertido en su lugar favorito de todo el mundo y no era por no haber viajado que pensaba de esa manera, aunque lo hiciera sabía que siempre le haría falta sus queridas calles frías y solitarias.

Como regalo de cumpleaños Bond le había comprado un pequeño desván por el cual podía ver la ciudad de forma completa desde un gran ventanal que tenia este y a pesar de ser un lugar pequeño y pintado de unos colores pálidos como el azul cielo y un lila era feliz, por primera vez podía experimentar aquel tan agradable sentimiento del cual todas las personas presumen cuando lo sienten. Se lanzó en su cama con una botella azul marino de "Di Luna" antes de llegar al sitio había parado en la panadería para comprar dos baguetas de pan y especias y su amada crema de queso y puerro no sabia el porque, pero aquellos alimentos eran sus dos cosas preferidas en el mundo. Su pequeño mundo en el cual un simple suspiro es capaz de llenar el espacio.

El señor Bond como siempre y como lo pensaba estaría con ella Hasta que muriera y a pesar de que lo quisiera no sería capaz de llevar una vida tranquila con una familia o ni siquiera un hogar propio de ella, cuando empezaba a pensar ese tipo de cosas tan solo se reía sintiéndose tonta por creer que tendría una vida aparte de la que llevaba.

Entre pensamientos y suspiros cayó rendida en la cama. Cuando los pálidos y escurridizos rayos de sol se escabullian por su ventana la hicieron despertar de una forma relajada y alegre ya que solo estaba acostumbrada a los gritos obscenos de las demás chicas con las que vivía, se levantó de la cama y desvistió para tomar una relajante ducha que llenaba sus expectativas de lo que realmente era la tranquilidad, al terminar se vistió con un largo vestido negro, unas sandalias de igual color y dejo su cabello suelto, aquel día no era como si quisiera estar más arreglada de lo normal, a parte de todo al sitio que iría no iba a venderse ni nada por el estilo. Luego de tomar un café cargado y comer pan salió en un bus hacia su destino terminando en las grandes puertas de acero que eran la bienvenida al orfanato. Le gustaba visitar y ayudar a esos niños sentía que de esa forma su alma se sanaba de todas las experiencias que había adquirido en su vida.

-Creo que el listón azul te quedaría mucho más bonito- Le respondía a la pequeña y linda niña de ojos tan azules e iluminados como el gran cielo en pleno verano-

-Gracias Isa- Dejaba un tierno beso en la mejilla de esta- Cuando sea grande quiero ser tan linda como tu-

-No pequeña, tu serás mucho más hermosa y linda tesoro- Besa su frente con ternura- Ahora ve, tus amigos deben estar esperando por ti-

Se despidió de los niños luego de dejar algo de dinero para la comida y medicamentos de los mismos y no era como si fuera una buena persona, tan solo sentía que haciendo Buenas acciones su alma no iba hacer condenada de una forma tan ruda.

Y allí estaba dejando que una mujer unos 15 años mayor que ella le hiciera el sexo oral aunque no podía quejarse no todo el mundo tenía la habilidad de esta en la lengua sabía mover la de una forma exquisita provocando un escandaloso y empapado orgasmo  con el serpenteo de su lengua en su interior, provocando que las caderas de la Madame despertarán de forma involuntaria y que su mismo ser busque más de lo que podría soportar.

Lo se, es la canción perfecta.

Madame ObsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora