Aquel hombre era dueño de todo más dentro se él no tenia nada, más que sangre y arterias, pocas personas sabían su nombre y otros tan solo se preguntaban ¿De donde es el? Era como un tipo de fantasma el cual cuando hace presencia hay que dejarle el lugar. No lo iba a negar sintió algo por Madame Charlotte pero eso no era amor, en su amplio vocabulario no existía esa palabra más bien era una obsesión hacia tan bella mujer pero al conocer a la hermosisima Isabelle se le había olvidado como por arte de magia quien era aquella otra mujer ¿Qué sentía por aquella joven? Pues eso era más que simple, primero hay que entender que el no ve las cosas como todo mundo, tiene una manera de pensar muy particular y única deseaba que aquella pequeña sufriera mucho y viviera una vida sin sentido, de modo que no le encuentre significado a esta y al final le diera lo mismo vivir o morir necesitaba hacerla y moldearla con sus propias manos para tener de ella una persona parecida a el, pero que nunca llegase a superarlo.
A pesar de que esa era su idea sabía que no lo lograría a tal perfección ya que tenía algo que el nunca conoció; Un corazón grande y compasivo que poco o mucho podría llegar amar o tan solo llegar a sentir lástima por alguien más. Pero no podía explicar la sensación que sentía al tenerla entre sus manos, lo que le producía tocar su piel y dejarla marcada, aquel sentimientos o sensación en su pecho cuando se la follaba tantas cosas juntas y revueltas que nunca antes había sentido, sintiéndolas al mismo tiempo no eran la mejor combinación.
Su cuerpo estaba tan tocado, conocido de pies a cabeza por las manos más caras de Francia y el extranjero, a veces no sabia donde terminaba su cuerpo y donde comenzaba su alma, aquellas lágrimas delicadas como el más fino cristal se escapaban sin permiso de sus ojos, a veces se veía a sí misma encerrada en una pequeña caja de seda, estando desnuda
y abrazándose así misma, sentía la sensación de que alguien algún día llegaría a sacarla de allí pero a medida que crecía se daba cuenta que las cosas nunca serían tan simples como siempre había deseado y aunque no quisiera esa era la vida que le había tocado.Tan hermosa. Tan usada. Tan frágil. Tan tonta.
Sentía como Bond tomaba de sus caderas para así empujarla sin previo aviso hacia su gran erección la cual cada vez iba más profunda hasta tocarle el cuello uterino, justamente en ese punto sentía que explotaría era la parte que más le gustaba de aquel mal nacido si así podría llamarle, ya que sabía justamente cual era el punto que le hace perder la razón y cordura, el punto que la separa de una mujer tranquila y la convierte en lo que es una maldita perra de quinta. El saca a flote su verdadera esencia, aquella que solo el tenía el privilegio de conocer.
Después del sexo había tomado como costumbre fumarse un cigarrillo y esa no sería la pauta y a parte de todo aquel hombre había llegado sin previo aviso a su casa, solo rompió la ropa que traía encima, la impulso en la cama como un animal en celo y se la follo con alevosía y sin clemencia.
-Estarás libre de mi un tiempo maldita perra- Comento mientras se empezaba a colocar la ropa- Estaré de viajes por un año pero eso no significa que no estaré al tanto de ti- Salió por el ventanal a ver la ciudad- Mis hombres te estarán vigilando en todo momento y recuerda sólo clientes que estén aprobados por mi-
-¿A donde irás?- Pregunto sin mucho interés mirando como se volatisaba el humo por la habitación- ¿Por qué un año?-
-Tengo unas cuentas del pasado pendientes, si así puede llamarse- Contestó organizando su cabello con las manos- Visitare a unos viejos amigos-
-¿Amigos? ¿Tu?- Una carcajada burlona se escapó de su garganta- No me hagas reír señor Bond-
-Hasta el diablo tiene sus colegas- Guiño un ojo a esta antes de empezar a caminar para la puerta- Ojala y te mueras, nos vemos luego-
-También te quiero, cuídate- Comentó con una ceja levantada y sarcasmo tras oír como la puerta era azotada- Por lo menos estaré tranquila por un año- Se lanzó a la cama con una pequeña sonrisa-

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Madame Obsession
RomanceLa vida le arrebato lo que más quería y ella sencillamente se enamoró de la muerte. ~Hello, este es el segundo libro de la trilogía "Madame" espero que lo disfruten~ La portada esta hecha en honor a Charlotte, la madre de madame. Ya el tercer libro...