Amores confusos [Okikagu Y GinHiji]

11.Final

P.O.V Autora:

¿Realmente están difícil olvidar a alguien? ¿Tan difícil afrontar la muerte de alguien?La respuesta era si, y Kagura lo podía asegurar.

Pasaron dos años para que ella pudiera superar todo, algunos decían que había entrado en un cuadro depresivo, pero de algo era cierto, es que entre tanta oscuridad Kagura convirtió a Sougo en su claridad.

Él cumplió lo que había dicho esperó la espero, y aún lo hacía, ellos habían cambiado tanto físicamente, ella no era más la misma china plana como el otro la decía, en cambio al otro su contextura se hizo más varonil, lo único que no cambió fueron sus personalidades y sus sentimientos.

Él estuvo tanto tiempo al lado de ella, dándole aquella ayuda que ella necesitaba, ahora ellos se encontraban sentados en un banco del parque.

— Ahhhhh....Tengo hambre!! — exclamaba la menor, mientras tocaba su estómago.

— Entonces anda a comprar — le señalo una tienda el castaño — ah, también me compras algo, okay

— Yo no soy tu sirvienta, maldito sádico-aru!!! 

— Pronto lo serás — dijo burlonamente, para ocultar el significa de aquella palabras.

— Yo comprare — se levanto — pero nada para tí!!

Dicho esto se fue a comprar dejando al castaño solo, este aprovecho el tiempo para terminar algo pendiente.

Cuando ya había regresado la menor,esta le enseño una pequeña bolsa.

— Me lo regalaron — lo puso en la cara del contrario — son las sobras

— Claro, supongamos que te creo — cogió la bolsa — gracias, china por comprármelo — mostró una sonrisa.

— T-Te d-dije q-que s-son las sobras, i-idiota-aru — se pudo apreciar un sonrojo en su pálida cara.

— esta bien.. — empezó a comer — por cierto hoy tienes que estar en el puente a las 5pm

— eh?¿Por qué? — el otro se fue comiendo,ignorando la pregunta — ¡Ven aquí, responderme!

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 —¿Realmente vamos hacer esto?—habló el peli-plateado.

  — Pues si,no ves que estamos aquí para eso— respondió con obvie dad.

  — Que yo sepa no está legalizado aquí

— Ni que estuviéramos comprando droga, recuerda que soy un policía.

— Por eso, el matrimonio gay no está permitido— vio todo el lugar adornado humildemente y a un tipo de señor calvo, que supuesta mente los iba casar .

— Sabes, tengo mis contactos— agarró el brazo de su novio— ahora avancemos, debemos comenzar la ceremonia— avanzaron.

— Pero..hubiera querido que estuviera aunque sea alguien que vea esto— habló algo nostálgico.

— Te aseguro que alguien especial nos debe estar viendo.

  — el peli-plateado iba hablar,pero ya estaban frente al señor calvo y comenzaron su ceremonia.

En algún rincón, alguien los veía feliz por el paso que habían dado, para después irse a otro lugar y seguir observando.

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