BELLADONNA

TUS OJOS, MI FAROL

Tienes un lugar mágico justo debajo de tus cejas,

un poco más arriba de tus labios.

Justo ahí, donde se posan las almas,

donde tocan tu puerta y te piden permiso para entrar.

Eres hermosa,

de una manera simple y sencilla.

Tienes los ojos más brillantes,

tanto así,

que dejas a la luna en penumbras

cada que tus ojos se posan en ella.

Tus pequeños destellos

podrían opacar la belleza de un atardecer,

y es que cualquiera que los mire,

pensaría que no necesita de sol, ni de estrellas.

Esos ojos podrían ser el farol que alumbre tu camino a casa,

ser chocolate caliente en un invierno helado,

ser mar profundo, para que puedas tener

el placer de perderte en ellos.

Nadie es digno de posar su mirada en esos preciosos faroles.

Ojos que se ven bonitos hasta cuando los haces llorar.

Conviertes la tristeza,

en el sentimiento más bonito,

hay un vals de amor en ellos.

Nadie es digno de ti,

ni mis letras, ni un millón de mis poemas podrían describir tal perfección.

Pero como eres dama de verso y beso,

por eso estoy aquí,

viviéndote en palabras,

haciendo realidad una verdad que todos callan.

Desglosándote tal hilo en letra.

Eres majestuosa, cálida y bonita.

Inefable, como tus ojos.

Etérea, como todo tu ser.

Se te desbordan los ojos de amor,

en ellos se concentra todo el universo y los misterios que este guarda.

Voy a acariciarte la vida,

quitarte los miedos,

explotarte los sentidos.

Seré quien sume tus escalones y te recoja cuando tropieces con uno.

Ser tu suspiro y tu delirio cada noche que no puedas tener mis labios

para calmar tu pequeño huracán

que se devora todos, menos estas ganas de tenernos.

Me sé de memoria tu risa, el trazo de tus labios

-sigo en abstinencia por ellos-

y tu calidez,

el calor de tus brazos y de tu voz.

Eres incendio

que no teme quemar todo lo que toca

o en un caso extraordinario,

besa.

Lo trágico o mágico

de este montón de letras,

es que

se dónde comencé a quererte,

lo que no sé

-y creo que nunca sabré-

es si

algún día podre bajarme de este tren,

porque no veo estaciones, ni paradas.

Porque,

sístole y diástole

hacen un caos en este pecho

cada vez que tus ojos se posan en mí.

Porque

eres infinita,

tanto como el amor que habita en ti.

Hay un desastre cósmico

cada vez que lloras,

pero cuando sonríes,

puedes reconstruir cada ciudad, cada bosque, cada corazón.

Sueño con volverme astrónoma,

por querer descubrir cada estrella que hay en tus ojos,

o ser exploradora,

para tener derecho de descubrir cada lunar

que hay en tu cuerpo.

Quiero decirte de nuevo que hay magia en tus ojos,

que son preciosos,

que eres preciosa.

Que no dejes de ser, porque aun en la oscuridad,

brillas.