Capítulo 2

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Aquel año fue el primero en que se sentó con su familia en el expreso de Hogwarts. La primera vez que no sonrió y no comió ranas de chocolate hasta explotar con su mejor amigo. De hecho, incluso dudaba que Scorpius Malfoy siguiera siendo su amigo.

Llegó a su casa hacía exactamente un mes y en ese largo período de tiempo se habían enviado dos cartas y se habían visto una sola vez, en la reunión familiar de los Weasley. Y siquiera fue un gran encuentro, a decir verdad.

Ese año fue el primero en el que no se surtió de productos de Sortilegios Weasley antes de comenzar el curso, que no rió con los chistes de tío Ron y no intentó delatar a James vez que hacía una "broma inocente de nada".

Definitivamente, el viaje a Hogwarts no fue nada agradable.

Ya en el gran comedor fue casi imposible sentarse en Slytherin. Le temblaban las piernas y sentia la mirada de todos sobre él, como si supieran que había besado a Scorpius.

Sentarse frente a él fue más difícil de lo que había imaginado, sentía su cara arder por los nervios, su corazón latiendo desbocado y unas horribles ganas de salir corriendo. Levantó la mirada unas pocas veces, para ver su sedoso cabello platinado, su nariz recta y aquella boca de labios suaves y rosados que le incitaba a hacer cosas en las que no debería pensar. Sus miradas se cruzaron un instante entonces y el mundo pareció detenerse para Albus, se quedó petrificado, con el tenedor a punto de llegar a su boca y de no haber notado a tiempo que se estaba resbalando hubiese quedado como un tonto frente a todos sus compañeros. Dejó los cubiertos en el plato y se miró las uñas nervioso, antes de volver a mirar a Scorpius y descubrir que seguía igual que segundos atrás. El tiempo volvió a detenerse y Albus sintió aquello casi como si volviese a tener aquel horrible giratiempo en sus manos.

Un agudo pinchazo en su brazo lo quitó de su ensoñación y al voltear el rostro se encontró con la lechuza de su padre. Quitó la carta de su patita y le dio las gracias y algo de comida.

Querido Albus,
¿cómo va tu primer día? Draco me habló sobre un problema entre Scorpius y tú, ¿está todo bien entre ustedes ahora? Ginny está muy preocupada por ti y también yo. Cuéntame sobre eso si quieres, a pesar de haber peleado bastante los últimos años, sabes que soy tu amigo y me puedes confiar lo que quieras, ¿verdad? Espero que todo se resuelva pronto.
Con cariño, Harry.

Bufó antes de transofrmar su cuchara en una pluma y escribir una respuesta. ¿Desde cuando su familia se enteraba de sus problemas? Eran suyos, él los resolvería. No necesitaban saber que iba por ahí besando a su mejor amigo, de ninguna manera.

Querido Harry,
No sabía que tu y el señor Malfoy eran tan amiguitos como para llegar a hablar sobre sus hijos como un par de viejas chismosas.
Albus S. Potter.

Ató la carta a la pata del ave y le dio un trocito de chocolate antes de que se marchase.

Al llegar a su habitación se tiró de espaldas a su cama, de repente sintiéndose algo culpable por hablarle así a su padre, después de todo no era él quien tenía la culpa.

Despertó algo tarde y se apresuró a vestirse antes de subir corriendo a la sala común, era la primera vez desde que había llegado a Hogwarts que Scorpius no lo despertaba.

Sintió como su corazón latía con fuerza, como sus piernas se detenían y dejaban de responderle al encontrarse con aquello. Su mejor amigo, el chico a quien amaba tanto y su prima Rose, aquella que no había vuelto a dirigirle la palabra desde que fue seleccionado en Slytherin, quien tenía tantos prejuicios contra esa casa y aún más con la familia Malfoy, quien había ignorado vilmente a Scorpius por años, haciéndolo sufrir, estaban allí, besándose en medio del pasillo.

Albus sintió que su corazón se rompía una vez más, que los fragmentos sangrantes caían al suelo y rogaban por un poco de Scorpius, y sufrían al notar que no les pertenecía en lo más mínimo.

Rogando por no hacer ruido Albus corrió, casi inconsciente, siendo llevado por sus piernas que se movían sin su consentimiento. Corrió y corrió hasta caer al suelo y sentir el césped colándose entre sus dedos. Se dejó caer y su alma se expandió por la humedad del suelo hasta casi desaparecer.

Acostado allí, con la mirada nublada por las lágrimas se juró a si mismo que apartaría a Rose de su mejor amigo. Sin importar cuanto le costase.

Love Someone [Scorbus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora