capítulo 2

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Iba caminando a casa sabia que iba a ser como todas las visitas que daban mis otras tias, no recordaba de ella ni de su hijo no recordaba haberla conocido, pero una sensacion extraña en mi estomago se apodero de mi era de nervios, esa sensación ya la había sentido fue cuando conocí al chico el que me hizo hacer una cosa tan vergonzosa como la de ese día.
No quise saber mas de eso y trate de olvidarlo me quede sentada en una de las bancas pensando en nada había pasado una hora y decidi ir a casa cuando llego a la puerta me tardo en abrir no encontraba las llaves, la casa no era una de las mejores casas pero me bastaba tener un techo era muy bonita de color café como madera me encantaba ese color tenia tres pisos y un patio enfrente y uno atrás siempre lo ocupábamos para hacer pequeñas fiestas que hacia mi mamá para sus compañeros de trabajo.

No encontraba mis llaves y recordé  que las había dejado en la encimera alado de mi cama, tuve que tocar a la puerta, abrió él unos ojos hermosos color café y su cabello castaño era hermoso, unas pestañas envidiables yo las  tenia un poco largas solo se veían hermosas cuando mi hermana me las enchinaba siempre me picaba los ojos. Estaba pensando mucho que me puse mas nerviosa

-¡¡¡HOLA!!! ¿¿Tu debes ser Ana verdad??- dijo burlón - creo que te he encantado verdad??.

-Si soy Ana y no me has encantado solo que estoy muy cansada y estresada- dije -Creo que te gustan  mucho las preguntas que terminen en verdad, bueno tu eres Eduardo mucho gusto, te pido que te quites del camino y me dejes en paz.

Como toda niña de 8 años hago mis berrinches cuando se burlan de mi pero él lo sabia, aun asi se quedo en medio de la puerta, lo que pude hacer solo fue aventarlo con todas mis fuerzas y no pude era obvio que unas fuerzas de una de 8 a comparación de un de 11 era muy diferente, después me cargo y cerro la puerta pero me abrazo, detesto los abrazos y que me carguen  todos lo sabían.

- Detesto que me carguen, me bajas o empiezo a gritar te advierto de una vez- dije solo lo que recibí es de que me aventara al sillón, al menos me aventó al sillón y no al suelo pero me enoje demasiado y supe desde ahí que seria eterno esto

-Tienes suerte pitufa, fue un gusto conocerte, por cierto insistí en que dormiría contigo, lo logre no te salvaras tan rápido.

No respondí nada, me fui casi corriendo a la cocina esperando que mi mamá estuviera ahí pero ni señales de ella, lo que si vi fueron galletas que había echo Julia, Julia era la que limpiaba y hacia de comer ella ha estado conmigo desde pequeña creo que es mi única amiga que tengo, la única con la que me llevo bien.
Agarre solo una y me fui al patio trasero sabia que no iría a trabajar por dos semanas para estar con la tía hablando de ella ya estaba ahí creo que era ella se parecía igual que su hijo no cambiaba en nada solo él diferencia es de que era mujer y él un joven, solo verlos los dos juntos me dio risa Eduardo ya estaba con ella tomando una coca cola a mi no me gustaba él refresco, nunca me gusto por la sensación del gas en tu garganta era muy raro eso y a él le gustaba,  mamá estaba platicando con mi tía tenía vestuario muy informal, todos los dias la veía muy formal con trajes sin color muy aburridos era mas negro que blanco, lo detestaba, pero hoy era diferente tenia una playera de tirantes cruzados, color blanco y arriba una camisa de cuadros rojos llevaba unos jeans azules y uno tenis Vans. Con solo 8 años aquí ya sabia de todo tipo de marcas, gracias a mi mamá y mis hermanos.
Caminaba hacia ellos con mi mejor sonrisa para saludar a mi tía y después Eduardo corrió hacia mi, no supe en que momento paso, fue muy rápido, hasta que sentí él agua fría de la alberca  entrar por mi uniforme. Lo mire de mala gana primero pero se me ocurrió algo

-¿Me vas a ayudar o te quedaras parado? - dije ocultando mi sonrisa de venganza cuando él se acerco para darme la mano, fue ahí donde tuve mi venganza lo tire junto a mi me eche a reír con completa seguridad, emrzo seguida la guerra de agua solo vi como mamá y mi tía se echaban a reír muy fuerte nunca la había visto reír siempre se enojaba conmigo no logro comprender por que,  me gusto que por fin riera, seguí con la guerra, hasta que me salí ya empapada.

se me hizo rápido la semana al lado de Eduardo y de mi tía quería que se quedara conmigo.

Es raro que cuando lo vi por primera vez lo odie, ahora a me cae muy bien y yo creo que también es lo mismo, lo quise como otro hermano, sentía que ya lo conocía desde hace mucho pero no se porque pienso en eso tratare de solo gozar este tiempo que me queda con él.

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Hola ya otro capitulo nuevo.
¿Que les parece esta historia que apenas comienza?
¿Que pasara con los primos?
Espero les haya gustado a todos lo que me leen.
Empezare a hacer mas capitulos y subirlos muy seguido.
Besos y abrazos




Un rencuentro perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora