[Saga ' Sangre Celestial']
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H E D A
La heredera perdida.
Los Malfoy son una familia aristocrática y sangre pura que durante siglos fueron educados por estrictas reglas para conservar la pureza en su sangre.
L...
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¿Jacqueline o Heka?
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Dos días antes del partido de Quidditch donde el gran clásico de Slytherin vs Gryffindor pasaría a Tejones contra Leones porque el buscador de las serpientes no podría jugar debido a su brazo lastimado, la verdad era que no podría hacerlo debido a la debilidad en la que su cuerpo estaría sometido por el hechizo que su hermana haría, llevarían acabado el ritual para comunicarse con la Dupont perdida.
—Las cosas que hago para comprobar que no has enloquecido —murmuró Draco terminado de dibujar el círculo con los símbolos que indicaban el pergamino.
Heda rodó los ojos, terminando de acomodar lo necesario para empezar el hechizo.
—Bien, falta media hora para la media noche —murmuró Sofía nerviosa, pero emocionada —. ¿Tenemos todo listo?
Aurora asintió. —El profesor Hanson fue muy específico con la realización; velas, símbolos, sal, atrapa sueños y el objeto que utilizaremos para comunicarnos. Todo listo.
—Bien, ahora solo necesitamos proteger el salón de intrusos —murmuró Heda alzando su varita y pronunciando los encantamientos protectores que había estudiado de los libros de nivel superior, Sofía la imitó.
—Esto es emocionante —sonrió Theo saliendo del armario con algunas plantas. Había sido añadido al plan de última hora al saber que necesitaban a otra persona para recitar el hechizo.
—¿Como fue que conseguiste el hechizo preciso? —preguntó Draco a Aurora alzando una ceja.
—Mi padre tiene influencias —se encogió de hombros.
—Sigo alucinando de que hayas modificado un hechizo tan complicado —murmuró Theo tomando el pergamino y volviendo a echar un vistazo a las palabras en latín griego.
Heda suspiro un poco cansada. —Soy talentosa e inteligente.
—Y modestas —rodó los ojos sarcástica, Sofía.
La Malfoy sacó del bolsillo de su túnica el anillo que robó a Cedric e intercambio por una imitación, camino hasta estar en medio de cuatro círculos de sal entrelazados, en cada esquina ponían una runa de protección y proyección, las velas estaban formando un círculo aún más grande que cerraba los otros.
—Bien, empecemos —ordenó Heda mirando el reloj que indicaba que solo faltaba un minuto. Se sentó en posición de meditación, con el anillo fuertemente agarrado en su mano. Con un chasquido de dedos las velas se encendieron.
Los chicos se colocaron en cada esquina y alzaron las manos, cuando el reloj sonó dando a entender que era media noche, cerraron los ojos y pronunciaron con voz fuerte y clara:
—«Óneiro kai pragmatikótita, provále me stin alítheia sou» —El atrapasueños se alzó sobre la cabeza de Heda quien cerró los ojos— «Óneiro kai pragmatikótita, provále me stin alítheia sou» ...
