Día 29

80 6 2
                                    

Tengo un dolor en el pecho que se niega a desaparecer.

Tú eres ese dolor en mi pecho.

No tienes idea del desorden que me causa el saber que has preguntado por mí.

Y le llamo desorden porque las suposiciones e ideas tristes inundan mi mente.

¿Por qué preguntaste por mi?

¿Es por qué aún me quieres?

O en realidad. ¿Qué quieres?

No es todo.

Hay un mensaje ahora. Es tuyo.

Tengo miedo de leerlo.

A que me lleve a otra desilusión, a otra noche de agonía con tu nombre.

Porque estoy cansada de sentir esa presión en el pecho, esa sensación de que tu cara se quema y sólo puedes sentir como el corazón se deshace.

Porque como mencioné, eres la única persona que con un acto, una palabra, un mensaje me lleva a sentir todo aquello, a decepcionarme.

Eres mi dolor en el pecho.

Pero no quiero cometer un error ahora.

Pienso que, aunque tengo ganas de decirte muchas cosas, mi último deseo es de demostrarte que te necesito.

Haré algo distinto esta vez.

Algo que jamás había usado contigo.

Le daré un poco de espacio a mi orgullo esta vez.

Voy a responderte de la mejor manera que se me ha ocurrido.

Usando la indiferencia.

Ya no estás tú©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora