(Último día)

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Realmente no considero que escribo fantástico, así que si algún día lees esto no espero que te guste, sino que por medio de estas palabras escritas con melancólica te des cuenta de cómo me he jodido vivir con tu ausencia, de lo duras que se volvieron mis días y noches, de lo triste que era ver un montón de mensajes en mi teléfono pero no ver uno tuyo, de lo doloroso que era oír una canción porque era como si alguien le habiera contado nuestra historia. Me acostumbré tanto a ti que se volvió una tortura aceptar que ya no eres y ni serás; no tienes idea de como rogaba cada noche retroceder en el tiempo y quedarnos en la parte en la que nos mirábamos de lejos y no sabíamos nuestros nombres.

Y aunque no voy a negar que si te extraño, pienso que ya es hora de ser un poco egoísta y comenzar a pensar en mi, y ya no en ti como solía hacerlo durante todo el día. Por eso prefiero usar esos días para leer libros, las tardes para pasar con amigos o disfrutar de atardeceres con tonos rojizos y dorados, de usar las noches para salir de fiesta y volver tarde a casa, las madrugadas para dormir.
Así es, ya es hora de dejarte ir completamente, aceptar que no vas a volver y mucho menos esperar que aún me quieres, porque nunca fuiste para mi, no te merecías el amor que te ofrecí, eres muy imbécil como para merecer ese valioso regalo que te daba sin pedir nada a cambio.

Ahora sólo seguiré con mi vida.

Te fuiste y eso no quiere decir que sea el fin del mundo.

Porque haré de ti lo que tuve que hacer desde el primer día que decidiste no volver a hablarme.

Haré aquello que tú hiciste conmigo tan fácilmente.

Olvidarte.

Al fin y al cabo, en mi vida ya no estás tú.

Ya no estás tú©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora