Capítulo 1

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Kurt

—¡Vamos, Kurt! ¿Qué esperas?— Brittany se me acerca y tira de mi brazo.

—Váyanse adelantando, ahorita los alcanzo.— Brittany asiente y sale dando brincos del aula.

Termino de guardar mis cosas, tomo mi mochila y veo como la pantalla de mi celular se enciende, indicándome que me había llegado alguna notificación. Me paro frente a la puerta cerrada al momento de abrir el mensaje que me había llegado de un número bloqueado y por supuesto, desconocido.

"En serio, esos pantalones te quedan muy bien".

Releí el mensaje una y otra y otra vez hasta captar lo que decía. Volteé hacia los lados buscando a alguna persona que sus miradas o alguna risa lo delatara, pero no, no había nadie afuera del aula ni mucho menos adentro. En ese momento, me llegó otro mensaje.

"No te molestes en buscarme. Estoy en donde menos puedes imaginar;)"

El miedo recorrió todo mi cuerpo de pies a cabeza. Abrí la puerta del aula y salí corriendo por los pasillos desiertos desesperado buscando a los chicos. Tal vez se trata de una broma, sí, de seguro eso es. Pero mi idea en la cabeza fue deshecha cuando otro mensaje llegó.

"No entiendo porqué corres... No voy a lastimarte. Tranquilo, tranquilo".

—¡Chicos, chicos!— abrí las puertas metálicas de la escuela y salí hasta el patio delantero. Todos los chicos estaban conversando entre ellos esperando mi llegada.

—Al fin llegas.— Rachel suelta un suspiro de cansancio—. ¿Por qué tan agitado? Brittany te dijo que íbamos a esperarte.

Todos me miraron confusos y esperando respuestas, pero yo solo me encogí de hombros y ellos también porque caminamos hacia la camioneta de Santana. Ella quitó los seguros a la puerta con las llaves y todos subimos.

—Si ensucian mi auto, haré que lo limpien con sus lenguas.— se subió al piloto y cerró la puerta, después aplastó un botón en sus llaves y las puertas se aseguraron.

En medio del camino me llegó otro mensaje a mi celular. Lo abrí con miedo y lo leí sin que nadie se percatara de lo que hacía. Los demás venían cantando bastante alegres como para notar mi nerviosismo.

"Pensé que hoy te quedabas hasta tarde... Te estoy buscando como un maldito imbécil. Ahora estoy algo enfadado, pero te perdono".

Bloqueé mi celular con nerviosismo y lo eché dentro de mi bolso de cuero café. Santana notó mis movimientos nerviosos, porque acomodó el espejo retrovisor y me miró con mucho detenimiento. Yo estaba que me arrancaba los cabellos si ella no dejaba de mirarme así. Sus miradas son tan profundas.

—¿Está todo bien, Pitufo Prancy?— yo solo le miré por el retrovisor y ella asintió fijando su mirada en el camino de nuevo.

Llegamos a nuestro destino. Todos bajaron metidos en sus conversaciones a excepción de mí. Yo vigilaba todas las direcciones buscando a alguien oculto, en donde fuera. Me sentía inseguro, lleno de miedo. No sabía si esos mensajes solo eran una estúpida broma de muy mal gusto o si realmente querían decirme eso. Negué eliminando esos pensamientos de mi mente y entré a la casa de Brittany.

—Kurt, ve a la cocina por los plumones de colores.— Finn me ordena y yo asiento levantándome de mi silla.

Miro de nuevo mi celular con algo de miedo. No sabía si otro mensaje podría llegarme en cualquier momento, y por supuesto que no quería que llegara otro más. No quería saber qué diría el próximo mensaje, si no es que esa broma acaba y dejan de molestarme. Volví a la sala junto a los chicos y me tumbé en el suelo al lado de Santana.

Prohibido. [Síndrome de Estocolmo].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora