Once

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Peleamos por una tontería.
Peleamos y le dije que me iba a ir.
Peleamos y me convertí en esa bestia cruel que siempre temi algún día ser.
Le dije que me iba a ir.
Le amenace con dejarle solo.
Sus ojos azules como el mar en plena tormenta se llenaron de lágrimas y en su rostro el dolor de hizo palpable.
Su cuerpo se quebró.
Sus rodillas chocaron en el suelo ante mis pies.
Y mi ángel rogó para que me quedara.
Vi lo que había hecho.
Y fue ahí donde comencé a romper su corazón.

El corazón de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora