Carpe Diem.

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El enfado de mis padres fue algo extraño... Se enfadaron, mi madre se fué, pase el fin de semana con ella y, el Lunes, mi padre llegó y dijo que había venido a buscar a mi madre. Mi madre, como una cría adolescente, se puso nerviosa y se maqueaba. La verdad es que fue todo muy romántico y hermoso, se echaban de menos, no podían aguantar más sin estar juntos y al final regresamos al hogar. Hogar dulce hogar, si señor...

Ese día dormí como un bebé, me quedé roque. Pero al día siguiente tuve una especie de sueño-pesadilla. Era tan real que no parecía un sueño... No podía controlar mis movimientos, pero lo vivía en primera persona. Sucedió lo siguiente:

-Vaya, hola. Que sorpresa -sarcasmo, obviamente-. Vienes a hablar cn Lucas??

-No, en realidad he venido a hablar contigo.

-Conmigo, ¿por qué?

-Ven... -le conduje un poco más apartado del grupito y hablé a solas con él-. Mira, verás... Se que crees que no me lo merezco, que no soy lo bastante buena para Lucas. Créeme, yo también lo se. Y se que por mucho que lo ame, llegará un día en el que él también se dará cuenta de que se merece algo mejor y me dejará por una chica mil veces más perfecta y más adecuada para él que yo, con más gustos en común. Se que no me merezco tenerlo, creía que era increíble sin conocerlo y ahora se que es INCREÍBLE, único y perfecto... Así que lo que me quede de tiempo para estar a su lado, no le repitas que se merece algo mejor, que lo descubra dentro de unos meses... Déjame ser feliz a su lado aunque no me lo merezca.

-... Yo...

-Tranquilo, no hace falta que digas nada. Sólo era para que lo sepas... Así que te agradecería mucho que no lo alejases de mi antes de tiempo.

-Vale... Yo, supongo que... -se había quedado en blanco. Supongo que no se esperaba que le diera la razón-.

-Bueno, sólo eso. Y no le comentes nada a Lucas. Si te pregunta dile que he venido a devolverte el anillo porque se que no lo ha hecho él y ha sido cosa tuya... Bueno, ten -le tendí el anillo en la palma de mimano. Pareció dudarlo por unos instantes, pero lo aceptó-.

Mientras tanto mis piernas se alejaban de allí, sin mi permiso, seguían caminando. Yo quería girarme, ver más, ver que pasaba, ver como reaccionaba Eustaquio, pero mi cuello estaba decidido a seguir mirando al frente y sin inmutarse. Y, sin darme cuenta, mis labios murmuraban algo mientras me acercaba a Lucas. Entonces, al despertarme aún algo extrañada, supe lo que murmuraba... "Carpe Diem", que en latín significa "Aprovecha el momento".

¿Crees en el destino? (#24)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora