30 días de OTP Splinglix (+18) [Springtrap x Félix] #WYAMAwards2017

12. Contra la pared

Hoy tocaba la clase de Educación Física, y era el día al cual Félix le tenía más amor-odio ya que tenía sus pros y sus contras. Como pros, estaba el hecho de que podía ver a muchos chicos lindos en pantalones cortos, sudados y sonrojados por el esfuerzo y sólo de pensarlo su nariz empezaba a sangrar. Entre los contras estaba que él también era un chico lindo y eso lo obligaba a dar también el espectáculo (o sea que no se salvaba de hacer ejercicio) y terminaba con el cuerpo adolorido y cansado; agregando que su peinado se arruinaba con el sudor.

Ahora, entre los pros debía agregar que podía ver a cierto conejito lleno de sudor, agitado y con la adrenalina desbordándole por cada poro del cuerpo; muy parecido a como lo veía los días en los que lo llevaba a su departamento pero el hecho de poder presumirle a toda la escuela a ese sexy rubio lo llenaba de satisfacción.

Por su parte, Springtrap no tenía ningún sentimiento en particular por este día, sí lo agotaba un poco y terminaba muy sudado, lo cual era molesto pero no era razón para odiarlo.

La clase había terminado y muchos fueron a refrescarse un poco, entre ellos estaban el rubio y su mejor amigo que, cuando ya iban de salida, se toparon con Fede y Félix que iban a entrar.

El chico de pelo rosa y ojos dorados llevaba una camiseta blanca y los pantalones cortos azul marino de la escuela, su cabello un poco desordenado y la cara roja. Verlo así, hizo que el rubio se quedara embobado pues le provocaba bastante, casi le tenía celos al ejercicio por hacerlo sudar así. El menor notó que era observado y le regaló una sonrisa coqueta al otro para luego entrar al baño con su amigo.

-¿Bro, y si te adelantas? Es que creo que olvidé algo en el baño.

-¿Qué se te olvidó? ¿La forma de aguantarte las ganas o tu modelo para estudiar anotomía? -el pelirrojo se echó a reír cuando vio a su amigo sonrojarse -Supongo que no te espero para comer.

Foxy dejó a su mejor amigo que ya le había contado que con Félix no se dedicaba a "estudiar" de la manera tan ortodoxa como imaginaba.

Al entrar al baño, Fede seguía remojándose la cara mientras Félix estaba sentado casi encima de los lavabos y se quejaba del odioso profesor que seguramente tenía algo en su contra por obligarlo a sobre esforzarse.

Repentinamente, se calló al escuchar la puerta abrirse y ver al hermoso rubio que esperaba.

-Fefi cariño, ¿Te importa si...? -el más bajo miró al rubio y le sonrió.

-Sí, sí, te dejo con tu novio. -el de ojos dorados miró mal a su amigo mientras se iba.

Springtrap se acercó a él, removió un mechón desalineado de su rostro y lo contempló como si fuese irreal. Félix se incomodaba por la mirada tan profunda que el rubio le dedicaba; sentía que si continuaba viéndolo de esa manera llegaría hasta su alma y encontraría todos sus secretos, y eso le asustaba porque no le gustaría lo que vería.

No dejó que esto lo detuviera, él quería algo y estaba seguro de conseguirlo. Tomó la cara del mayor y lo miró de forma traviesa.

-¿Sabes que dicen que tuvimos sexo en el baño de discapacitados? -Springtrap entendió de inmediato el mensaje.

-¿Será que alguien puede ver el futuro? Porque creo que aún no lo hemos hecho.

El rubio acercó a Félix hacia sí y se lo llevó al fondo de los baños, entraron al último; al más grande y limpio y le pusieron el pusieron el seguro.

—No creo que tengamos mucho tiempo. —susurró el menor.

—Entonces debemos apurarnos. —le contestó Springtrap.

El mayor empezó a besarlo salvajemente, pensando en lo sexy que se veía con esa ropa, hizo que Félix se pusiera de cara a la pared, lamió su cuello y dejó que sus manos lo recorrieran de arriba a abajo; hasta que entraron en el pantaloncillo e hizo que el de pelo rosa acercara su trasero a él.

—Te ves muy lindo así —acarició sus piernas y bajó el molesto pantalón.

El rubio mordió la oreja del otro y empezó a masturbarlo mientras bajaba su propia ropa y con la punta de su miembro rozaba la entrada del otro y fue entrando muy despacio ya que no lo había preparado demasiado y no quería lastimarlo.

—Me-mejor apúrate.—el rubio no se hizo del rogar y empezó a embestirlo mientras el menor recargaba sus manos en la blanca pared.

Spring puso sus manos sobre la cintura del menor mientras entraba y salía con fuerza de él, ambos jadeaban y gruñían hasta que el mayor llegó a ese punto tan exquisito que hizo gritar a Félix; entonces empezó a embestirlo con más rapidez; el menor también se movía hacia él mientras arañaba la pared.

—C-casi...

—Yo... Tam-bién —el rubio puso sus manos sobre las del otro, entrelazando sus dedos y se pegó más a él y a la fría pared, que empezaba a mancharse un poco por el sudor que el oji-dorado exhalaba hasta que se corrió y fue seguido por su amante.

Eso había sido muy intenso y estaba mal porque pudieron haberlos descubierto (otra vez), aunque tuvieron la suerte de que no llegara nadie.

Félix aún tenía temblores post-orgásmicos cuando se acomodó la ropa y el mayor lo abrazó.

—Estamos todos sudados, Spring. Nos vamos a quedar pegados si me abrazas y será asqueroso.

—No me importa, me encanta como te ves con ese uniforme. —el menor sonrió por el cumplido

—Sí lo noté pero ¿sólo te gusto con el uniforme? —se volteó para mirarlo de frente y puso sus brazos sobre el cuello del otro, poniéndose de puntas para acortar un poco la distancia.

—También me gusta como te ves sin él —le respondió antes de empezar a besarlo y recargarlo de nuevo en la pared pero se detuvieron de inmediato porque escucharon un ruido.

Al salir del cubículo no había nadie y cuando salieron de los baños, notaron que la puerta tenía el letrero Fuera de servicio. No recordaban que eso estuviera ahí.

—¿Ya terminaron? —era la conserje que los miraba con reproche —Tengo que lavar este baño y no tengo toda la vida para esperar que a los jóvenes se les baje la calentura —el rubio se sonrojó al notar que alguien sabía lo que había pasado. —Que raro, cuando yo entré no se escuchaban muy tímidos. No tienen nada que decir. Gracias por ayudarme a reparar mi radio el otro día, Spring, estamos a mano.

—S-sí —ella entró a hacer su trabajo y el menor se echó a reír al ver lo pálido que se había puesto el otro.

Eso estuvo cerca.