23. Juego de rol

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Félix veía la televisión, con la pijama puesta y el cabello desordenado. Era muy extraño encontrar al chico en esta situación pero “no se sentía bien” y ya había llamado al doctor para que le dijera qué era lo que tenía.

Justo cuando comenzaban los comerciales, se escuchó un toque en la puerta y el menor, con un poco de pereza, se levantó para abrir.

En la entrada, se encontró con un alto hombre joven, rubio y de brillantes ojos grises; estaba vestido con una bata blanca, un cubrebocas y guantes de látex. Inevitablemente, Félix sonrió al ver a su conejito vestido así. Lo que no sabía era que el mayor también sonreía detrás del cubrebocas pues le parecía demasiado adorable verlo vestido así.

—Pase, doctor. No sabe la tragedia nacional que acaba de ocurrir. —Dramatizó el menor mientras se dirigía al dormitorio.
—¿Qué es lo que sucedió? —Springtrap se esforzaba por sonar serio y no echarse a reír.

—Me siento tan mal que no sé que tengo, es como un dolor dentro de mi pecho.

—Sí, suena a tragedia. Si quiere, señor... ¿cómo dijo que se llama?

—Félix, doctor, me llamo Félix.

—Si quiere Félix, puede acostarse para que que lo revise por completo para decirle lo que tiene.

Félix obedeció con fingida sumisión y se recostó en la cama. Springtrap se acercó y empezó a revisarlo desde la frente y bajando por el resto del rostro.

—Parece que no tienes fiebre pero me quitaré los guantes para poder estar seguro. —Así lo hizo, tanteando al menor con una sonrisa.

Félix sólo se dejaba revisar por las manos de su doctor que bajaban por su cuello recorriéndolo muy lentamente para después poner la oreja en su pecho.

—Creo que no escucho muy bien su corazón, tendré que quitarle la camisa. —El menor asintió con los ojos cerrados y suspiró al sentir los tibios dedos del rubio desabrochando su camisa, dejándole el torso desnudo. —¿Te duele? —preguntó presionando distintas partes de su cuerpo, conociéndolo lo suficiente como para saber dónde era más sensible y, aprovechando ese conocimiento, lo acarició para provocar sus gemidos. —No se escucha bien —el rubio fingió preocupación al pasar los dedos por el pezón del menor y apretó un poco mas al escuchar su chillido.

—Cre-o que sé dónde me duele. —Habló muy despacio el menor tomando la mano del rubio y haciendo que esta bajara hasta su entrepierna —¿Qué podemos hacer?

De forma casi instintiva, el rubio pasó la lengua por sus labios y sonrió con lascivia. A pesar de que el menor no podía ver su boca, podía deducir por la expresión de sus ojos que pronto empezaría la verdadera diversión.

—Quizás un masaje podría ayudar. —Sin esperar la confirmación, le bajó el pantalón de la pijama.

Con ambas manos, tomó el miembro de Félix y lo acarició con los pulgares, subiendo y bajando por toda la extensión; luego, apoyándose con los dedos índices empezando a recorrerlo con más fuerza mientras el rubio soltaba frases susurradas con delicia como "Muy bien" y "Un poco mas" . Aumentó la velocidad y fuerza, provocando que el menor se aferrara a las sábanas con los ojos cerrados, las mejillas sonrojadas y la respiración irregular.

—Ngh... —el mayor, al escuchar el quejido de su paciente se detuvo de inmediato. Se acercó al rostro del menor y se quitó el estorboso cubrebocas. El aliento caliente le golpeaba el rostro y eso pareció satisfacer mucho a Springtrap.

—Estás muy caliente, creo que es fiebre.

—Yo sé con qué podría bajar la temperatura, doctor, pero necesitaré su ayuda. —comentó Félix con fingida inocencia.

30 días de OTP Splinglix (+18) [Springtrap x Félix] #WYAMAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora