Cap 6 "Confesiones"

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- ¿y que te parece el kimchi de mi madre?

- Delicioso - mentí

- Trasmítelo a tu cara - nuevamente se burlaba de mí. Me preguntaba si debía tomar en serio su acercamiento, lo vi meterse una gran cantidad de kimchi en la boca y quejarse de lo picoso que sabía. Sirvió su vaso con soju, haciéndolo desaparecer de un trago. Aun estábamos en la azotea, sentados sobre donde Minho solía dormir por las tardes. - ¿porque tan preocupada alma? Acaso has comenzado a enamorarte de mí. - no, era imposible que lo tomara en serio. Comencé a reír, y él me secundo, eso me relajo.

- De hecho.... Hay una persona. - jugué con los palillos entre mis dedos - Pero dirás que estoy loca.

- Estas locas, pero prosigue. ¿es más lindo que yo? - llevo sus manos al encuentro con su rostro y lo envolvió por completo al mismo tiempo que expandía sus ojos y ensanchaba los labios. Intente no reír, pero era imposible. Luego relajo su rostro y puso su entera atención en mí. Por supuesto que lo era, era el hombre más apuesto de este maldito mundo, pero ¿venia al caso?

- Es mi jefe - deje ir mientras observaba su reacción.

- Interesante... la extranjera se enamoró de una persona que conoce hace un día

- ¡Dos! - aclaré como si estuviera defendiéndome y me sentí una idiota.

- Está bien dos días... no dejes que una cara bonita te confunda. No debes conocerlo en verdad. - tenía razón, pero su respuesta aun no me convencía de lo irracional que sonaba.

- De todas maneras, no va a funcionar - sujete la verde botella y la vacíe en mi vaso.

- Oye espera, creo que eso es demasiado por hoy. - y tenía razón, aun así, sentía ganas de beber. No era muy sensata, no estaba siendo responsable tampoco, y me enojaba conmigo misma por actuar tan infantil. Algunos fantasmas aparecieron, pero estaba aquí en Seul ¿no era aquello lo único que necesitaba para ser feliz? En ese momento me olvide completamente de todo.

- ¿Ahora me vas a decir cuanto debo tomar? - Me retracte en cuanto termine de decirlo.

- Ohhh me gusta te vuelves agresiva, es interesante, bebe más. - me alentó, y sentí que de repente ya no tenía ganas de hacerlo - Pero que poca autoestima tienes - dijo mientras posaba su bien marcada mandíbula sobre su mano derecha.

- ¿Alguna vez has salido con una occidental? -intente inmiscuirme en su vida privada mientras acababa con la bebida frente a mí.

- Mi tema favorito, por supuesto. Ustedes son muy divertidas. pero lo que yo te diga no tiene nada que ver con lo que él pueda pensar, yo no cuento como un ciudadano normal de este país. Te aseguro que eres muy bonita si eso te preocupa. - esbocé una sonrisa, y me hundí de hombros antes de tomar otro poco más de alcohol.

Aquella noche recordé algo que solía olvidar con frecuencia. Uno nunca sabe de quién, o porque se enamorará, no puede elegirlo. Yo no lo sabía hasta ese entonces, pero él estaba tan lejos como cerca de mí. Lo único incuestionable, eran mis ganas de ver a Ji Hoo. Quería verle sonreír. Sus gestos me daban una paz que jamás había sentido. Necesitaba escuchar esa suave voz llamándome, quería envolverme en su dulce perfume, divisar su espalda.

Intentar dormir esa noche me resulto más complicado de lo que hubiese esperado tras un día laboral en el infierno, pero en cuanto el alcohol hizo efecto, y estando sobre mi cama a altas horas de la noche, pude coincidir el sueño, y no lo recuerdo, pero estoy más que segura que había soñado con él.

Jamás en mis veintisiete años de vida, había tenido que ir a trabajar con resaca, nunca lo había imaginado tampoco. Solía escuchar que era realmente horrible, pero ese calificativo le quedaba muy chico, por cierto.

La chica doramaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora