El peso de mi hombro no se aligero. El cuerpo del muchacho caía hacia delante haciendo que tuviera que soportar todo su peso. De hecho, tuve que ser yo quien llevara mis manos al encuentro de su cabeza, para separarlo.
Su cabello se sentía suave al tacto, lo comparé con la pana o el terciopelo, sintiendo la necesidad de llevar a mis dedos por un tour. El dulce olor a manzana verde ingreso por mis fosas nasales y me embriago por un momento sin piedad. Posé mi mano sobre sus anchos hombros y simplemente desapareció. Aun así, sabía que estaba allí, aunque no pudiera verlo.
- Tienes que buscar los fusibles. Y verificar que se encuentren en orden. - oí atentamente la gruesa y seca voz de mi jefe chocar contra mí. Creo que estaba un poco más cerca de lo que debería. No lo culpo no podíamos vernos en el lúgubre ambiente.
- No hay luz en la calle, no creo que sea un problema del café. - suspire con desgano.
- Que porquería. - bramo furioso. Para luego permanecer en silencio un buen rato, un rato que por cierto me incomodo de sobremanera, tiesa a su lado, sin saber bien que hacer- toma - pude ver el brillo de la pantalla de su celular encandilarme.
- Hey despacio me vas a dejar ciega. - y por primera vez, aunque no fuera capaz de verlo, lo escuche reír sin miramientos.
Tome el gran celular entre mis manos y temi soltarlo en algún momento, puesto que prácticamente no cabia en una sola, y se veía muy costoso.
Nuestros rostros se iluminaron de una tonalidad azulina. El muchacho me esquivaba todo el tiempo, sus ojos se encontraban perdidos entre la profunda oscuridad. Dejo caer sus parpados lentamente, abriéndolos con suma parsimonia. Algo en el lucía diferente.
- ¿Qué quieres que haga? - pregunte sujetando fuertemente el aparato entre mis manos.
- Llama a la empresa de luz. - pego la mirada al piso y no volvió a elevarla.
- Tu deberías hacerlo, eres el dueño. - hice el inteneo de desligarme de la tarea que acababa de encomendarme, pero no funciono en lo más mínimo.
- ¿quieres que te despida? Haz la maldita llamada. - bramo con furia sin despegar la mirada del piso que parecía estar entretenido en ese momento ya que no miraba nada más.
- Eres mi jefe no mi dueño, si quieres echarme hazlo, pero no me amenaces porque yo también puedo. - el ex rubio pareció coincidir, y no volvió a retrucar nada más. Mas bien. Ya no volvió a hablarme en ese tono lo que resto de la noche.
- Puedes, por favor hacer la llamada
Y ahora si no pude negarme a su pedido. Tome el celular entre mis manos y deslice el dedo índice sobre la pantalla. Me sorprendió que no llevara ningún tipo de patrón o contraseña, o que pidiera mis huellas, que analizara mis pupilas u algún otro tipo de reconocimiento.
Marque el número que él me indico, y supe explicarle lo sucedido a la telefonista que me entrevistaba del otro lado.
Salude a la amable, agradeciendo sus servicios y corte. Joon Woon continuaba ignorándome. De hecho, aun tenía la mirada perdida, se veía caris bajo. Y no pude evitar recordar el comienzo de ataque de pánico que había tenido minutos antes. ¿acaso podría ser que le asustara la oscuridad?- Es un trasformador, se prendió fuego, dijeron que lo arreglaran en la mañana. - le explique con calma, lo que segundos antes me habían informado pero el joven no cambiaba la vacía expresión.
- Gracias - murmuro casi inaudiblemente. Ni siquiera sé cómo hice para escucharle hablar.
- Supongo que será peligroso que salgamos también.
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La chica dorama
Teen Fiction18.968,37 kilómetros la separaban de sus sueños. Alma nunca imaginó que su corazón perteneciera a un país tan lejano y totalmente diferente de lo esperado. Sin embargo, hoy en día piensa en él, suspira y pierde una sonrisa, como si de un verdadero...