Sentí calor, mucho calor. Antes si quiera de abrir por completo mis ojos, ya había recordado lo sucedido anoche. Desperté a su lado, y de repente sentí como las imágenes atentaban contra mí. Recordé su mano aferrando la mía esquivando las cientos de personas al rededor, rememore su torso desnudo sobre mí, sus profundos y rasgados ojos mirándome, utilizándolos para inspeccionarme.
intenté escapar, debía hacerlo, y sigilosamente comencé a moverme entre las sabanas, pensé que lo había logrado, pero sus frías manos se aferraron a mi cintura como se aferraban los niños pequeños a sus osos de peluches. Aun no le había visto la cara. No había tenido tiempo de pensar en nada, si de algo estaba segura es que no quería ser su juguete. Y no iba a dejar que en eso me convirtiera.
- ¡Suéltame! - ordene mientras intentaba desatar sus manos, pero me ignoro completamente, aferrándose a mí, dejando su cuerpo más cerca aun del mío.
- ¿Y si mejor nos quedamos acá para siempre? - ronroneo hundiendo su rostro con fuerza en mis costillas.
- No me parece divertido Min Ho
- Yo no me estoy riendo. ¿quieres que prepare el desayuno? - su voz sonaba lenta y lo bastante suave. me preguntaba a que estaba jugando.
- ¿puedo hacerte una pregunta? - gire mi cuerpo para mirarlo a los ojos, el asintió. ¡maldición era absurdamente lindo! Me mostro su sonrisa gatuna que desapareció en cuanto se percató de mi ceño fruncido - ¿Qué pasa con nosotros? - no lo había pensado, pero en cuanto lo dije la sangre se acumuló en mis mejillas de golpe. ¿Qué trataba de hacer? ¿Qué necesitaba que Min Ho respondiera?
- Pasará lo que tú quieras que pase - intento sonreír, pero supo enseguida que no estaba de humor.
- Sabes que esa no es la respuesta que busco - ¿y cuál era?
- ¿Porque obtener una respuesta si la conoces mejor que yo entonces? Tu sabes que te quiero - se separó un poco, lanzándome una mirada tristemente tierna.
- Pero vi como mirabas a Bel anoche lo sé. Sentí mucha envidia - ¿Por qué lo confesaba? Me sentí avergonzada de estar recriminándole todo eso.
- ¿Pero que hay de Tu jefe? dijiste que lo amabas ¿recuerdas?
- ¿y tú? ¿que hay de Bel? ¿Por qué no funciona con ella?
- jamás funcionaria, ella es mi amiga. - soltó inmediatamente.
- Yo también y sin embargo....
- Pero contigo es diferente - me vi metida dentro de una situación imposible de sobrellevar, instantáneamente se me llenaron los ojos de lágrimas que no permití que escaparan, aunque no entendía porque amenazaban con salir ¿Qué quiso decir con eso? ¿Por qué me importaba? No lo sabía, pero sentí ganas de irme, salí de la cama. exigiéndole que me abriera, quería irme, no me sentía cómoda. Él no quería dejarme ir, pedía que habláramos, pero ya no quería escucharlo- ¡Min Ho para! - le pedí e hizo caso a mi demanda. Abrió la puerta y me dejo ir.
Me eche un vistazo, lucia terrible. Mi ropa completamente arrugada, con olor a cigarrillo, alcohol y quien sabe a que más.
Bajé las escaleras y vi a la señora Park ejercitarse como cada mañana. La salude y evalué la posibilidad de que tuviera otra llave para mi departamento.
Me acompaño hasta mí casa y fue ella quien supo abrir mi puerta. Aun así, debía conseguir la llave, si es que no quería pagar por una. Tenía solo una solución y rogaba porque fuera esa.
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La chica dorama
Teen Fiction18.968,37 kilómetros la separaban de sus sueños. Alma nunca imaginó que su corazón perteneciera a un país tan lejano y totalmente diferente de lo esperado. Sin embargo, hoy en día piensa en él, suspira y pierde una sonrisa, como si de un verdadero...