CAPÍTULO 2: LOS ANDERSON

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CAPÍTULO 2: LOS ANDERSON

Blaine y Sam decidieron que lo mejor sería informar a sus amigos y familiares del paso que acababan de dar en su relación. Eso era lo que más preocupaba al moreno, que tenían que mentir a todos, fingiendo un noviazgo que no tenían sólo para conseguir adoptar. Sabía que era una locura y se sentía mal porque no quería engañar, pero cada vez que sus dudas volvían, el rubio estaba a su lado para recordarle que su objetivo era adoptar un pequeño y darle el amor que en esos momentos no tenía.

Por insistencia del dibujante, empezaron por los padres del otro. Sabían que los Anderson no iban a prestar mucha atención, que su relación con su hijo pequeño había cambiado mucho y estaban muy distanciados. Evans no lo entendía, sólo porque fuera gay no era motivo suficiente para sacarlo de sus vidas.

Blaine no quería viajar a Lima, a pesar de que sabía que su jefe le daría unos días de vacaciones porque se acercaban las vacaciones de Navidad y él iba a trabajar más de lo habitual. Muchos de sus compañeros habían aprovechado para tomarse unos días de descanso. Sin embargo, él prefería no hacerlo.

Por eso, habían decidido tener una video llamada con ellos. Sam sabía que su mejor amigo (aunque debería empezar en él como su novio) estaba nervioso. Intentó apoyarlo en todo momento mientras esperaban a que los padres se conectaran.

–No sé cómo voy a hacer esto. –El moreno susurró.

–¿Por qué estás tan nervioso? –El rubio quiso saber.

–Me van a juzgar. Sé que tienen ese estereotipo de que todos los gays tenemos muchos amantes y que no aguantamos mucho con la misma pareja. Que salga contigo, nos casemos y luego nos divorciemos encaja con ese prejuicio. –El actor comentó mientras se apoyaba en él, deseando obtener algo de cariño.

–¿Quieres que les digamos la verdad a ellos? Espero que, si les hacen preguntas ellos mantengan el secreto. –El más alto propuso.

–¡No! Son capaces de ir ellos directamente a denunciar lo que estamos haciendo. –Anderson explicó. –No creen que una pareja gay pueda cuidar de un niño...

–¿No creen que puedas ser padre? –El dibujante se extrañó.

–Sí... Si me caso con una mujer y decido "sentar la cabeza". –El más bajo comentó sarcástico.

–Lo siento tanto... Tenían que apoyarte, no solo tolerarte. –Evans se puso triste.

La conversación se interrumpió cuando vieron que Pam llamaba. Respondieron y se acomodaron más juntos para que ambos fueran visibles en el ordenador.

–Hola Blaine, Sam. –Ella sonrió, aunque la expresión imperturbable de James incomodó a los dos residentes en Nueva York.

–Hola. ¿Qué tal estáis? –El hijo preguntó.

–Bien, preparando nuestra jubilación. Vamos a irnos a California para estar cerca de tu hermano. –La mujer informó.

–Me alegro mucho, seguro que estáis muy bien allí. –El moreno intentó disimular su decepción. ¿Por qué tenían que ir a vivir cerca de su hermano, tan lejos de él?

–No es que me importe, pero... ¿Qué hace Sam en nuestra conversación? –James quiso saber, algo molesto.

–Bueno... Después de tantos años de amigos... Nos hemos dado cuenta... –Blaine miró a Sam, buscando en él esas palabras que le faltaban.

–Nos hemos dado cuenta de que estamos enamorados el uno del otro. –El rubio intentó ayudarlo. Se dio cuenta de que el padre del otro fruncía el ceño.

–¿Tú no eras el amigo de Blaine que lo ayudaba a hacer cosa de hombres y lo alejó de Kurt? ¡Pensaba que eras heterosexual! ¿Ser marica es contagioso? –El mayor se volvió para mirar a su esposa y Evans se sintió mal.

–Me gustan las mujeres y me gusta Blaine, no necesito etiquetas. –Sam se mostró tajante.

–Claro... Esas cosas modernas... Total, en unos meses os cansaréis y buscaréis a otro...–Pam intentó mostrarse comprensiva, aunque falló estrepitosamente porque sólo mostró sus prejuicios.

–¿Sabéis qué? Ya os he informado. Hablamos otro día.

Blaine cerró el portátil y Sam se dio cuenta de que estaba a punto de llorar. Por eso lo abrazó, sabía que en ese momento lo necesitaba más que nunca.

Había algo en lo que Sam había pensado, pero que el día anterior no se había planteado porque no quería ser insensible. La noche anterior, después de hablar con los Anderson se había dedicado a consolar a su mejor amigo y no se arrepentía.

Sin embargo, ese día, después de una doble sesión en el teatro, estaba más relajado y contento. Estar sobre el escenario tenía ese efecto en Blaine. Sentir el cariño del público, cantar y bailar, liberar esa energía y ese talento, tenía efecto terapéutico para él.

Por eso el rubio suponía que era un buen momento para lo que tenía planteado. Ser pareja significaba mucho más que decírselo a todo el mundo y darse algún beso en los labios. Había muchos aspectos que atenían cubiertos, se conocían muy bien, se habían contado muchas intimidades en esos años. También confiaban ciegamente en el otro.

El mayor misterio eran sus vidas sexuales. Al principio les había costado mucho compartir información sobre ese tema, el moreno quería evitar que el otro se sintiera incómodo. Eso había molestado al dibujante, que no entendía que su amistad tuviera un límite por el hecho de que su mejor amigo fuera gay. Si podía hablar de chicas con Mike, Ryder e incluso Puck... ¿Por qué no podía hacerlo con la persona que mejor lo conocía? ¿Por qué él no podía contarle cosas de su intimidad con sus novios?

–Había pensado... –Evans se sonrojó. Por mucho que quisiera hacerlo, no significaba que se sintiera cómodo.

–¿Si? –El actor apartó el libro que estaba leyendo para prestarle toda su atención.

–Si queremos que todos crean que estamos juntos... Yo... Tendría que saber algo sobre sexo gay... –Sam miró al otro, esperando a su reacción.

–No será necesario. Ahora puedes decir que todavía no estás preparado para dar ese paso... Luego ya a nadie le interesará... Yo nunca le he preguntado a nadie sobre el sexo con sus parejas. –Anderson se encogió de hombros.

–La verdad es que... Hace tiempo me pregunto cómo será... Quiero decir... Me gustaría experimentar... –El rubio se sonrojó aún más.

–¿Por qué no lo hiciste con Paul? Sabes que él habría estado encantado. –Blaine recordó a un compañero de universidad de su mejor amigo, que había pasado meses tras él, coqueteando. Era como si pensara que podía hacer que alguien cambiara de orientación sexual. No podía creer que siempre se hubiera sentido celoso de esa amistad, pero así había sido y seguía siendo, por mucho que el joven se había mudado a Oregon nada más acabar sus estudios.

–No es mi tipo... Además, sólo hay una persona en la que confíe tanto como para aceptar vivir esa experiencia a su lado. –El dibujante explicó, mirando intensamente al otro.

–¿Te refieres a mí? –El moreno estaba sorprendido.

–Claro. Contigo no sería sólo sexo y eso lo haría especial. Sabes que nunca me ha gustado el sexo con personas con las que no siento una conexión. –Evans añadió. –Pero entiendo que tú no quieras... Sólo quiero que sepas que, si en algún momento te apetece, podrías planteármelo... Hasta entonces... ¿Me hablas un poco de cómo es el sexo gay y qué te gusta?

–Sammy... –El actor sonó casi suplicante.

–No tengas vergüenza, soy tu mejor amigo y prometo usar la información sólo para fastidiar a Kurt. –El rubio sonrió.

–Te contaré algo... Pero sólo si tú también me cuentas cosas... Prometo usarlo sólo para fastidiar a Mercedes.

Los dos rieron, era lo que necesitaban para sentirse menos cohibidos. El tema de conversación era comprometido, pero confiaban lo suficiente en el otro para compartir esa información.

Una Propuesta Diferente (Blam - Boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora