CAPÍTULO 18: CAMBIOS

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CAPÍTULO 18: CAMBIOS

–¿Rompéis? –Brittany preguntó casi llorando cuando los chicos anunciaron que, de momento, terminaban con su compromiso. El resto de sus amigos no pudieron decir nada porque ver a la bailarina en ese estado estaba preocupándolos.

–¡No! –Blaine se sentó junto a ella y la abrazó. –No queremos ser eternos prometidos y mientras Sam esté en Los Angeles todo será diferente.

El rubio miró a Santana con la esperanza de que ella los ayudara ya que sabía que su compromiso había sido una mentira. No podía soportar a su amiga llorando.

–Entonces... ¿Por qué no os casáis ya? –Ella propuso.

–Vamos Britt... El Hobbit querrá una boda perfecta, ya sabes como es y Trouty no va a querer dejar que el otro haga todo... Aun así, algo me dice que se comprometerán pronto otra vez... Sólo tenemos que esperar a que Sam vuelva a Nueva York. –La latina intentó consolarla, comprendiendo en parte lo que había pasado. Recordaba la llamada ilusionada de Cooper contándoles que el plan había sido un éxito y que Theo había conseguido que Evans se declarara. Al principio tuvo dudas, pensaba que sólo querían engañarles porque había muchas personas que sabían el secreto, pero ver lo ridículamente feliz que era finalmente Blaine, le mostró que habían dicho la verdad.

–¿Me prometéis que cuando Sam vuelva a Nueva York os casaréis? –La rubia quiso saber, con los ojos todavía llorosos, pero algo más esperanzada.

–Te prometo que Blaine será mi esposo. No sé cuándo, dónde ni como, pero sí sé que me casaré con él. Sólo lo vamos a retrasar porque en este momento no podemos... Pero antes de que te des cuenta, Blaine volverá a llevar un anillo en el dedo –Evans le guiñó un ojo a la chica.

–O tú en el tuyo... Tal vez esta vez sea yo el que te pida que te cases conmigo... –El moreno bromeó.

–Ya veremos... –Sam lo besó porque no quería discutir sobre eso en ese momento, no cuando él ya había comenzado la búsqueda del anillo perfecto...

–No sé qué hacer... –Kitty los miró preocupada. –Por una parte, quiero brindar con champán por la gran oportunidad de Sam o llorar porque no os vais a casar.

–No os preocupéis... Antes de que nos demos cuenta, estaremos en el altar... De verdad... –Evans empezaba a arrepentirse de lo que acababa de hacer. Si hubiera sabido que sus amigos estarían tan afectados por la ruptura del compromiso, no lo habría hecho.

–No estéis tristes... ¿Quién me va a apoyar a mí cuando Sam se vaya? –Anderson decidió cambiar la conversación y centrarla en pedir el apoyo que sabía que necesitaría cuando su amado, su mejor amigo, se marchara a Los Angeles. Eran unas semanas las que tardará en unirse a él, pero sabía que se le harían muy largas. Rachel, Tina, Kitty y Brittany lo abrazaron con fuerza.

Decirles a sus familias y amigos que no se iban a casar había sido difícil, aunque nadie se lo había tomado tan mal como Brittany. Sin embargo, lo más duro fue la despedida. Sam tenía que ir a Los Angeles antes que Blaine. Todavía no se había confirmado que el actor sería Nightbird, por lo que sabían que pasarían semanas hasta que pudieran volver a reunirse.

–Ha llegado el momento. –El rubio miró hacia el control de seguridad con algo de pena. No quería irse, no cuando por fin había encontrado el amor y sabía que era correspondido. Sabía que era lo mejor para los dos, que pronto comenzarían una vida en Los Angeles, tal vez para mucho tiempo.

–No quiero que te vayas. –El moreno hizo un puchero. Le había costado tanto alcanzar la felicidad y no estaba preparado para separarse de su amado.

–Pronto vendrás conmigo... No te preocupes... Además, estarás con tu hermano y tus amigos, no estarás solo... Y, antes de lo que piensas, estarás en Los Angeles a mi lado. –El dibujante besó a su novio, deseando quedarse a su lado, a pesar de que sabía que no debía.

–¿Me llamarás? –El actor preguntó.

–Por supuesto. Todos los días... Te cansarás de que te llame tanto. –Evans lo besó.

–Jamás me cansaré de hablar contigo...

Unos últimos besos más y Sam se alejó para subir al avión que le llevaría hasta Los Angeles. Blaine se quedó ahí hasta que ya no lo vio más. Fue entonces cuando dejó caer una lágrima. Desde que se habían convertido en los mejores amigos durante su último año de instituto, apenas habían pasado unos pocos días separados. Sabían que iba a ser duro, pero que iba a poner a prueba lo que realmente sentían.

Los dos meses que habían pasado hasta que Blaine y Sam volvieran a estar en la misma ciudad habían sido casi una tortura. Sin embargo, con el estreno de la obra de Blaine esa semana, el rubio había hecho un gran esfuerzo para librarse de trabajar y poder acompañar a su novio. Sabía que era una gran oportunidad para él y algo que podría compaginar con actuar en todas las películas de Blonde Chameleon y Nightbird que estaba seguro que acabarían haciendo.

El dibujante había decidido sorprender a su amado. Le había dicho que llegaba al día siguiente para que no fuera a buscarlo al teatro. Cuando llegó, escuchó música y no pudo evitar sonreír. Pronto reconoció alguna melodía y supuso que era la grabación en estudio de la música de la obra. Se sentía tan orgulloso al pensar que esa era la creación del hombre que le había robado el corazón.

–Hola. –Evans decidió hablar, no quería asustar a su novio.

–¡Sam! –Blaine corrió a su lado y lo abrazó con fuerza. –¿Qué haces aquí? Se supone que llegabas mañana...

–Si quieres, puedo ir a un hotel y volver mañana... –El rubio bromeó, consciente de que había conseguido su objetivo y había sorprendido a su amado.

–¡Por supuesto que no! –El moreno se puso de puntillas y lo besó con fuerza. Habían hablado y se habían visto algún fin de semana, pero sabían que a partir de ese momento no tendrían que separarse. Tras el estreno de la obra, los dos viajarían a Los Angeles para unas pruebas de conexión entre los actores que habían elegido para ver si podían encontrar al adecuado Blonde Chameleon. No valía cualquiera, tenía que tener química con Anderson porque sus personajes eran mejores amigos primero y pareja después.

–¿Tienes prisa? –Sam preguntó. Era cierto que había extrañado al amor de su vida en muchos aspectos, pero también el sexo y en ese momento sólo podía pensar en lo mucho que necesitaba estar con él.

–La verdad es que pensaba darme un baño para relajarme... ¿Tal vez te apetece acompañarme? –Blaine propuso.

–Será un placer. –El rubio respondió y su novio se acercó para susurrarle al oído.

–Eso te lo garantizo.

La pareja fue al baño para preparar todo. Tardaron más de lo habitual porque no paraban de besarse y acariciarse. Se desvistieron el uno al otro y, una vez se encontraron dentro de la bañera, se dejaron llevar y mostraron todo el deseo que habían estado acumulando durante esos meses. Sus vidas estaban cambiando y ellos estaban encantados con esos cambios porque eran lo que siempre habían soñado... Y nada mejor que vivirlos juntos...

Una Propuesta Diferente (Blam - Boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora