CAPÍTULO 3: LOS EVANS

224 20 0
                                    

CAPÍTULO 3: LOS EVANS

Decírselo a los Anderson era lo "fácil". Al final, ellos sabían que su hijo era gay y por lo tanto esperaban conocer a un nuevo hombre como pareja del joven. Sin embargo, los Evans sólo habían conocido a novias de su hijo y lo último que esperarían, al menos eso creía Sam, era que les dijera que estaba saliendo con un hombre, su mejor amigo para ser más específicos.

Por eso habían decidido hacer un pequeño viaje. Como el día libre de Blaine era el lunes, había pedido libre el martes (su sustituto se encargaría de la representación ese día) y habían viajado a ver a los padres del rubio. Habían llegado a la casa y estaban esperando para llamar al timbre. Sabían que Dwight estaba trabajando, pero Mary seguro que estaría ahí.

–Siempre puedes dejar el pacto. En eso quedamos, ¿no? Cualquiera de los dos puede acabar con esto sin repercusión en nuestra relación. –Blaine susurró al darse cuenta de lo nervioso que estaba.

–Nunca pensé que salir del armario sería tan difícil... ¿Cómo lo hiciste? Apenas tenías trece años. ¿Cómo soportaste tanta presión? –Los ojos verdes se fijaron en su amigo, como si esperara encontrar secuelas de aquella experiencia.

–Tardé meses en armarme de valor para decírselo a alguien. Al final, tú no has pasado por eso, pero cuesta mucho comprender lo que te está pasando, que no eres el único que pasa por eso y que no es nada malo. Una vez pasa esa fase y tienes claro quién eres, comienza el miedo. ¿Qué pensarán mis padres? ¿Qué pensará el resto de la familia? ¿Qué pensarán mis amigos? Por mucho que lo quieras evitar, ese miedo está ahí hasta que te lanzas y se lo dices. Entonces llegan las consecuencias... Buenas o malas. Las cosas cambian... Tanto como tú ves a las personas que quieres, como cómo te ven ellos a ti. Y para eso no hay vuelta atrás. –El moreno comentó con algo de melancolía.

–Lo siento. –El dibujante susurró.

–¿Por qué? –El actor lo miró extrañado.

–No lo sé... Porque no deberías haber pasado por algo así...

–Nadie debería.

–Y porque te estoy haciendo revivirlo.

–Ahora tu única preocupación debería ser como decírselo a tus padres. Aunque siempre puedes contarles la verdad, sabes que te apoyarían en cualquier circunstancia. –Anderson decidió explicar.

–Estoy preparado. –Evans llamó al timbre, poniendo fin a esa conversación.

Los dos apenas tuvieron que esperar unos segundos para que la puerta se abriera y verse rodeados por los amorosos brazos de Mary. Aunque Blaine no era su hijo, siempre lo había tratado como uno más. Él era el motivo por el que su hijo había ido a la universidad y había conseguido el trabajo que tantos éxitos le había aportado.

–¿Qué hacéis aquí? –La mujer preguntó mientras pasaban al salón.

–Quiero contaros algo a papá y a ti. Cuando venga de trabajar hablamos.

Dwight llegó a casa y se alegró de ver a su hijo allí, acompañado de su mejor amigo, como siempre que iba a visitarlos. Mary había preparado la cena, por lo que se sentaron y disfrutaron de lo que había para comer.

La mujer intentó que los jóvenes hablaran mientras disfrutaban de los platos que había cocinado, pero ellos insistieron que lo mejor sería posponer esa conversación a cuando acabaran. En el fondo, ninguno quería que, en caso de haber mala reacción, se estropeara ese momento familiar.

–¿Podemos hablar ya? –El padre preguntó en cuanto terminaron, sin siquiera esperar a que fueran al salón.

–Es algo delicado... –Sam empezó.

–Sabes que puedes confiar en nosotros, no importa qué. –Mary intentó animarlo. A ella no le pasó desapercibido que Blaine agarró la mano de su hijo con fuerza, ni la mirada cómplice que se dirigieron, ni la sonrisa reconfortante del moreno, como si lo invitara a hablar, como si le dijera que, pasara lo que pasase, él estaría ahí, junto a él.

–Blaine y yo estamos saliendo juntos. –El joven dijo rápidamente, como si al hacerlo así pudiera evitar la reacción de sus padres.

–¿Eso es todo? –Dwight miró a su hijo extrañado.

–¿No os sorprende? –Sam los miró sorprendidos.

–Cariño, hace años que sospechamos que entre vosotros hay algo, pero que teméis contárnoslo. Debo reconocer que me he sentido algo dolida porque nosotros te amamos y jamás te juzgaríamos por la persona a la que amas. –Mary explicó con dulzura.

–¿Años? Blaine y yo llevamos sólo unas semanas juntos. –El joven la miró desconfiado.

–¿Sólo semanas? –El padre frunció el ceño.

–Sí. –El hijo afirmó.

–¿Y por qué has tardado tanto en confesarle lo que sientes? ¡Siempre te he dicho que hay que ser valiente y compartir tus sentimientos con los demás! –El mayor parecía molesto.

–Yo... Hasta hace poco no era consciente de que sentía eso por Blaine y no sé desde cuando lo siento. –Sam no sabía qué decir. ¿Cómo podían sus padres pensar que llevaba años enamorado de su mejor amigo? Blaine y él eran inseparables y les gustaba el contacto físico, pero eso no tiene nada que ver con estar enamorados.

Por su parte, el moreno se sonrojó visiblemente. No le gustaba la situación porque sabía que su amigo era heterosexual y jamás podría enamorarse de él, lo que hacía que sus padres estuvieran completamente confundidos.

–Debes ser el único que no sabía que estás enamorado de Blaine. –La madre miró al aludido. –Porque tú si lo sabías, ¿verdad?

–¿Yo? –Blaine parecía algo perdido en esa conversación. Lo último que esperaba era ser incluido. –La verdad es que no. Es... Quiero decir... creía que era heterosexual, por lo que intentaba no pensar mucho en eso.

–Pobrecito. –La mujer se compadeció de él. –Estar enamorado de alguien y pensar que jamás te corresponderá tiene que ser muy duro.

–¿Por qué no dejamos el tema y vamos al salón a ver una película? –Sam propuso, realmente incómodo por el camino que estaba tomando la conversación.

Todos hicieron lo que había propuesto el dibujante y fueron al salón. Como siempre, Sam y Blaine se sentaron como siempre. En el mismo sofá, pero separados por unos centímetros.

–Ahora que ya sabemos vuestro secreto, podéis poneros más cómodos. –Dwight dijo, pensando que a los chicos les daba vergüenza ponerse cariñosos.

El rubio levantó el brazo y Anderson se acomodó en su costado, dejando que el brazo de su amigo lo rodeara y lo protegiera. En ese momento pensó que, de tener que fingir una relación con alguien, prefería que fuera esa persona con tan gran corazón y que tanto significaba para él.

Una Propuesta Diferente (Blam - Boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora