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19 de junio, 2017, 10:00 AM en algún lugar de Corea
El olor a humedad y madera inundaba el lugar cerrado y oscuro donde Wendy estaba. Aún tenía sus ojos cerrados, pero estaba consciente de dónde se encontraba. La habían secuestrado en el aeropuerto y esa idea le aterraba. Nunca se lo hubiera imaginado de este país. Si le hubieran advertido, ella nunca hubiera puesto un pie aquí. Sin embargo, ya no podía hacer nada por ello. Estaba aquí y ahora tenía que buscar una solución.
Abrió con todas sus fuerzas el ojo derecho, y cuando logró ver algo, vio una luz débil en una esquina. La altura de la habitación era de unos dos metros, pero no había un techo normal en aquella habitación, sino que era de tierra; sus fosas nasales se habían inundado con dicho olor. Era con certidumbre un tipo de sótano o mazmorra, pero volvió a cerrar los ojos y trató de no entrar en pánico. Se recordó así misma que era un médico, pero que también podía karate. Era su deporte favorito como el de su amiga también.
Piensa, Wendy. Tiene que haber una salida se decía una y otra vez.
─ Sé que estás despierta, Wendy ─le dijo esa voz conocida pero en coreano.
No entiendo trató de decir, pero no podía articular ni una sola palabra.
─ No podrás moverte dentro de un rato porque te he puesto anestesia local en todo tu cuerpo. Puede que quizás no entiendas coreano, pero eso a mí no me importa. Me importa ver tu piel, tu cuerpo. Tengo curiosidad por tu olor y a cómo sabe tu piel... y tu sudor para guardarlo en mi colección.
─ Im... bécil, ve... te a la mier... da ─logró a decir la joven en español. Quería que dejara de hablar con ese tono arrogante y quería irse de allí también.
Si tan sólo pudiera entender coreano, pensó la joven.
─ ¿Hablas español? ─inquirió fascinado con su idioma nativo─. Eres tan hermosa que pensé que eras europea, pero veo que me equivoqué. Así que las latinas también son hermosas. Bueno, eso no importa. No voy a hablar contigo en ningún otro idioma que no sea el mío.
─ Fu... fuck y... you ─le respondió ella con dificultad. No sabía qué le decía, pero ella quería demostrarle que no tenía miedo a pesar de hablar tartamuda por los efectos de la anestesia. Tampoco podía verle bien, pero ella ya lo había visto antes, así que pudo imaginar aquella sonrisa maniática que tendría en sus labios.
─ Veo que eres diferente a las otras tres ─observó divertido─. Eres la primera obstinada que secuestro. Ese carácter tuyo me gusta. Tanto que me molesta y me enferma, ¿sabes?Su tono de voz ha cambiado a uno más iracundo, notó la chica para sus adentros. El joven apretó sus puños y su mente se fue al pasado, a aquellos recuerdos que le mataban.
─ Quizás tú seas la correcta después de todo ─susurró el joven para sí─. Me veré en la necesidad de abandonar a la primera en un lugar púbico porque ya no me sirve de nada. Es una vergüenza, así que el público debe saber éso. ¡Sólo imaginarlo me hace sentir emocionado!
─ ¡Oppa!(6) ─se escuchó una voz cantarina al otro lado de la puerta. Ésta se abrió con rapidez y una silueta femenina entró con euforia al cuarto.
─ Querida, justo a tiempo ─le dijo el joven.
─ ¿Qué le hizo esta perra, oppa? ─gruñó recelosa.
─ Ella, nada ─le afirmó. Wendy se sentía frustrada de no poder visualizar el cuarto bien y sólo pudo ver una cabellera larga y oscura con una débil luz amarilla al fondo. Ambos iban vestidos con ropas negras, pero sus rostros eran borrosos.
─ Empezamos con la primera exhibición pública ─susurró con complicidad.
─ ¿En serio? ¡Que empiece el acto número uno entonces! ─gritó eufórica la voz femenina.
¿Qué irán a hacer? Se preguntó Wendy. Odiaba estar con sedantes y no saber lo que pasaba a su alrededor.
─ Ponle la letra "A" para que pase la vergüenza. Lo merece ─gruñó el secuestrador.
─ ¿Aunque no sea la correcta? Tengo toda su piel en preservación, pero hasta anteayer el cuerpo se mantuvo en refrigeración, ayer lo saqué porque me lo pidió usted, oppa. Ahora veo la razón. Su carne se está empezando a descomponer, así que debemos de darnos prisa.
─ Eres la mejor asistente ─comentó el joven─. No hay nadie más perfecta para este trabajo que tú. Estoy orgullosa de mi novia.
Wendy escuchó una risa nerviosa, unos cuantos movimientos y un beso seductor en los labios, pero escuchar aquello aún sin entender mucho, se aterrorizó. Había entendido la frase "exhibición pública" porque lo habían dicho en inglés, pero sus deducciones era frívolas. Aquella exhibición pública no podía ser nada bueno.
Quizás moriré hoy, dijo en su interior. Tengo que escapar de aquí. No importa cómo, pero lo haré. No quiero terminar en una exhibición tan demente como se escuchan estos dos.
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A FLOR DE PIEL
Mystery / ThrillerWendy es una cirujano latina que está viajando a varios países para continuar su investigación en el área de cirugía reconstructiva. Ella emprende un largo viaje en el que hace varias escalas hasta llegar a su última parada: Corea del Sur. Está emoc...