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En algún lugar de Corea, 20 de junio, 2017, hora desconocida

El sonido de una puerta abriéndose se escuchó a lo lejos cuando Wendy estaba pensando que eran sus últimos momentos de vida. Era el otro joven asesino que venía caminando con una máscara puesta también en su rostro. A Wendy se le aceleró el corazón y cosas inimaginables se cruzaron por su mente, mientras que la chica cómplice se acercó a él y lo abrazó para luego decirle algo en el oído. El joven asintió y le susurró otras cosas a ella indicándole unos lugares mientras hablaba. Wendy se relajó un poco y puso su mente a trabajar para pensar alguna idea. Los asesinos estuvieron unos minutos así, ignorando por completo a Wendy, quien había aprovechado el tiempo para formular el siguiente paso.
Sí.
Ya tenía esa idea.
Era una idea loca.
Sin embargo, la víctima no sabía qué pensar sobre aquella situación, pero decidió que iba a implorar por su vida como un último intento de salir de aquel lugar. Tenía que hacer algo por su vida porque no quería terminar como las otras chicas secuestradas.
─ Disculpen ─dijo Wendy hablando en inglés con todo el valor que tenía. Espero que funcione, pensó Wendy. Los criminales se giraron para verla. La chica la vio con ojos venenosos y el joven con cara agria─. Sé que soy una víctima más de sus secuestros y que muy pronto quizás me matarán, pero quisiera poder preguntar algo.
─ Si lo sabes, perra, ¿por qué tienes la osadía de hacerlo? ─inquirió la mujer.
─ No quiero morir con arrepentimientos sin haber hecho algo para sobrevivir ─replicó Wendy.
─ Déjala hablar ─le dijo el hombre. Su pareja gruñó pero ya no dijo nada.
─ Gracias por la oportunidad ─le dijo un poco nerviosa.

Pregunta ya antes que cambie de opinión ─exigió el asesino.
─ ¿Pueden explicarme por qué he sido capturada y por qué moriré? ¿No creen que al menos merezco saber eso? Además, no pierden nada con decirme. Su secreto morirá conmigo.
─ Tienes un punto ─contestó el asesino─. Sin embargo, no te lo diré todo. Sólo la razón por la que te quiero. No morirás si eres la indicada para mí, ¿sabes? Ando buscando una piel perfecta, una piel extranjera que concuerde con la que estoy buscando. Arranco sólo la piel de brazos y piernas porque es lo que necesito, lo que él hacía.
─ ¿Quién lo hacía? ─preguntó la víctima.
─ No te pases de lista con mi oppa, estúpida ─contraatacó la otra─. Ésa es una información confidencial.
─ Lo entiendo ─respondió Wendy─. No obstante, no sé por qué mi piel fue escogida. ¿Cómo las escogen si ni siquiera me han tocado antes hasta hoy?
─ Yo tengo el control de todos los extranjeros que entran y salen de aquí, chica. Los hombres no me interesan, yo como buen hacker que soy, sólo entro a la información de las mujeres. Mujeres con piel de color o asiáticas están descalificadas porque no me interesan en absoluto. Él las rechazaba también ─le aseguró el joven criminal.
─ Pero, ¿qué tengo de especial para ti que no tengan otras? ─preguntó desesperada. ¿Y quién rayos es él? Comentó en su mente.
─ Cabello largo, hermoso y bien cuidado de colores oscuros como el tuyo ─farfulló el asesino─. Y sólo eso. En sí, no tengo un patrón especial para seleccionarlas. Sólo veo sus perfiles y si se parecen a las que él tenía, las agarro para mí y ya.
─ Pero conmigo se equivocó. No tengo nada en especial ─protestó la víctima─. ¿Por qué no me deja salir y prometo no decir nada a nadie de esto? O si te soy de utilidad podré hacer algo más, puedo ayudarte.
─ ¿Ayudarme? ¿En qué? Ya tengo a mi perfecta ayudante para este trabajo. Yo me encargo de buscar a las víctimas, yo las secuestro sin dejar rastro alguno, yo altero los CCTV alrededor del lugar y yo corto la piel a perfección. Y ella es mi asistente con poner anestesia, torturar y matar a las que no son las indicadas. Ya mató dos. Ya marcó una. Ya me ayudó a exponer el cadáver en público, y yo me encargué de que todo estuviera despejado y sin que nadie nos viera. No hay hacker mejor que yo en todo Asia ─rio con maldad. Wendy sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo mientras escuchaba aquello. Eso era de psicópatas. Aquello era de locos, pero por muy loco que pareciera, ella iba a intentar algo loco también.
─ ¿Y por qué no corto yo las pieles de las chicas y te ayudo con algo parecido?─ insinuó contra todo su orgullo de cirujano─. Soy una cirujano y es mi especialidad.
─ Puede escapar, oppa. No la escuches ─expuso la cómplice muy molesta.
─ ¿Por qué lo haría? A penas conozco este país y antes de poder hacerlo, ustedes podrían atraparme, ¿no? Yo puedo ayudarlos con el arranque de piel para que sea más perfecto y limpio mientras tú puedes disfrutar como ella sufre. ¿No es eso lo que te place? ─Wendy casi vomitaba al decir aquello, pero era una pequeña esperanza para poder salir de allí. No podía rendirse tan fácilmente.
─ Hmmm. Parece una agradable y tentadora idea. Déjame pensarlo y te daré esa respuesta mañana ─admitió el joven. Wendy sintió aquella esperanza florecer más dentro de su ser.
─ Yo no lo apruebo, oppa. Ella me da mala espina ─habló aquella psicópata en coreano.
─ Tú no tomas las decisiones. Puedo usarla primero y luego matarla, ¿no crees? ─continuó el chico hablando en coreano.
─ Si es así, entonces está bien. Pero yo estaré aquí cuando ella haga su trabajo.
─ Hablamos después eso. Vamos a cenar ─insinuó él. Ella asintió y tomó la mano del joven para salir juntos de aquel lugar, dejando a Wendy con dudas y tratando de encontrar una salida para escapar. Este tiempo que iba a estar allí, lo iba a usar para buscar medidas de escape a como diera lugar. Sin embargo, aquellas enormes luces, fueron apagadas cuando la pareja había desaparecido por completo.
─ Ojalá y el pendejo se decida a que le ayude y que la hija de puta no lo logre persuadir ─dijo en español a aquella habitación vacía.
─ Te matará de todas formas ─dijo una voz entrecortada y en inglés con acento británico. Wendy sintió su corazón acelerarse a mil por hora cuando escuchó otra voz.
─¿Quién... es? ─preguntó Wendy asustada en inglés.
─ Ju..liette ─susurró aquella chica con voz ronca.
─ ¡Oh por Dios! Hay otra persona viva a parte de mí. Qué alivio escucharte, Juliette ─dijo la latina tratando de buscarla en medio de la oscuridad─. Soy Wendy.
─ Wendy, soy... la tercera víctima de... este enfermo mental, pero... la verdadera... mente maestra... es ella, la chica ─gimió con dolor.
─ ¿Qué? ¿Por qué lo dices? ─exclamó asustada. La otra víctima suspiró profundo y empezó a relatar despacio.
─ A primera vista... se ve que él es el que está al mando.... y le dice a ella "asistente", pero... pero cada decisión no se toma... sin que ella lo apruebe. Ella lo manipula. Ella le dice... que nos haga sufrir. Nos tiene un odio como... no tienes idea. Él ha querido... ha querido parar con esto, pero ella... esa perra lo presiona con una dichosa... venganza sobre algo. Aún no llego a saber sobre esa venganza ─finalizó la otra chica.
─ Qué horror. ¿Es en serio? Esa puta nunca me agradó. ─soltó en inglés pero diciendo una en español.
─ ¿Qué significa puta? ─preguntó Julie.
─ Una expresión muy mala que aprendí de mi mejor amiga. No la digas ─rio Wendy un poco triste al recordarse de su amiga.
─ Si se lo dijiste a esa perra, entonces yo también le diré puta ─bromeó en medio de sus quejidos.
─ Me agradas, Julie. ¿Puedo decirte así? ─la otra chica le dijo que sí─. Prometo que te sacaré de aquí. Ambas vamos a salir de esto. ¿Me escuchas?
─ Yo ya no tengo esperanza, Wendy, pero si tú puedes salir y exponer a estos bastardos a la policía, te voy a ayudar ─le dijo con amabilidad Julie y con lágrimas a punto de salir.
─ ¿Por qué tú ya no tienes esperanza? No te rindas, Julie. Saldremos de esto juntas ─dijo  también con lágrimas en sus ojos.
─ ¡Nooo! Ya no hay esperanza para mí ─chilló Julie─. Mis piernas ya no tienen piel y mi brazo derecho tampoco tiene la mayor parte de su piel. Ellos aún no me matan porque quieren terminarlo por completo, aún sabiendo que no soy la indicada. Estoy hecha una fenómeno. Estoy cansada. Ya me rendí. Ya le di mi boleto a la muerte.
─ Ay, Julie ─sollozó Wendy. No pudo decirle ni una palabra más. No imaginaba el infierno que había estado pasando durante ese tiempo. Ambas empezaron a llorar juntas y aquellos lamentos fueron llenados en toda la habitación hasta que ambas ya no pudieron más. Wendy estaba más decidida a escapar de aquel lugar. Ya no quería que hubieran más víctimas. Ella iba a salir de allí aunque eso le costara su vida, pero lo iba a hacer por las demás chicas. Esos psicópatas no se iban a salir con las suyas.
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⏰ Última actualización: Jul 17, 2018 ⏰

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